domingo, 31 de mayo de 2009

En Holguín los niños comprarán caramelos

Foto 1: Kamila en su casa.
Foto 2: Kamila lee un libro.
Foto 3: Kamila va al Círculo Infantil con su abuela.

Ishtar habla a la cámara. “Ojalá mi país no tuviera petróleo”- dice, y estremece a los espectadores la conciencia prematura y forzada de esta pequeña de apenas siete años, sobre las condiciones políticas de su país. La geografía irakí y la ambición de los hombres han determinado un destino siniestro para ella.

En otra latitud, Centroamérica, Manolito amanece más temprano. Debe salir a buscar el sustento de su familia. No estudia en una escuela, pero sí conoce bien el precio de los alimentos que debe comprar cada día. Aprendió a sumar a la fuerza, porque debía contabilizar los centavos que recibe por trabajo forzoso o por limosna.

La muerte de Jhonny y otros compañeros de su aula es noticia en un poblado cualquiera de Estados Unidos. Nadie sabe de qué manera una balacera enorme cayó sobre su cuerpo diminuto, apenas en crecimiento.

Kamila, una niña de cuatro años llora porque su madre ha tenido que salir, pronto se calma, porque abuela y otros de la familia la miman. En estos días no para de hablar de unos payasos que vio el sábado. Está creciendo fuerte. Por las tardes sale a jugar con un vecinito que vive al lado, se sientan en el portal con libros y lápices de colores, y pintan. Kamila vive en Cuba, lejos de la capital, en una ciudad llamada Holguín.

Ella tendrá casi los mismos recuerdos que tuve yo en mi niñez. Era poca la conciencia que tenía del mundo, no me hacía preguntas complicadas, era delicioso vivir llevada y traída en brazos. Me encantaban los juegos en la calle, con los chicos del barrio, después de la comida “las palmetas”, “los yaquis”, “la suiza”. Me entretenía mucho y siempre tenía que darme un baño antes de dormir.
Recuerdo que mami me llevaba a funciones de teatro, y me compraba libros, me encantaban los libros, nunca fui destructora de juguetes y menos de mis libros. Me leí muchas veces “Pipa Medias Largas”, o la “Edad de Oro” de José Martí, de ahí me encantaban dos cuentos más que otros: “Bebé y el Señor Don Pomposo” y “Meñique”.

Fue muy buena mi niñez. No me gustaban mucho los domingos, eran los días de las visitas, y yo siempre halaba a mis padres de la ropa para irnos pronto, y me regañaban porque querían conversar con sus amigos.

Ah!! Los muñes, me encantaban los animados, aún me río con los chistes de Elpidio Valdés, en el pre-universitario nos dormíamos imitando a los personajes de Elpidio, a Resoples, a María Silvia. Hace poco grabé en un CD el muñe “Los músicos de Bremen”, la versión rusa o polaca, y lo veo a cada rato.

Mis únicas preocupaciones eran las tareas de la escuela y meter un buen punta pié a la pelota en los juegos de la tarde con los compañeros del aula.

La vida de adultos es más complicada, pero espero que mis hijos tengan los mismos recuerdos que yo, o al menos, parecidos. Supe de la realidad de Ishtar, Manuel y Jhonny, mucho tiempo después, hoy, cuando nada me es indiferente.

Celebro el día de la Infancia en Cuba, este primero de junio. Los niños comprarán caramelos e irán al parque.


viernes, 29 de mayo de 2009

En Holguín: Dibujar montañas

(Crónica a propósito del aniversario del Plan Turquino-Manatí)
Orlando quiere estudiar pintura en la Academia de Artes Plásticas “El Alba” en la Ciudad de Holguín. En otro momento el fatalismo geográfico habría convertido su sueño en una quimera, pero no es así hoy. La única diferencia entre su carpeta de dibujos y la de los demás, el día de las pruebas, es que sus trazos formaban palmas, ríos, montañas, y la del resto de sus compañeros, edificios, automóviles y humo.

Orlando llegó desde El Quemado, el poblado donde nació y vive, en Sagua de Tánamo. Caminaba inseguro, todos lo miraban y él los miraba a todos. Se sentó en una esquina a esperar su turno y alguien se acercó: ¿me puedo sentar contigo? Sí, claro- respondió. Jorge era de la ciudad, no parecía un chico de campo como él, hablaba y se vestía de un modo distinto. Orlando, espero unos minutos, pensó que no tendrían temas de conversación.

De pronto Jorge mencionó un problema con una computadora, un software y ahí mismo surgió el diálogo. Hablaron también de cine, de literatura, de música y terminaron mencionando los mismos libros, las mismas películas, las mismas canciones.

A Orlando le gustaban los animales, el aire puro de la serranía, pero siempre pensó que las lomas que lo vieron nacer, de tan altas no le dejarían ver más allá, o que más allá de las palmas había un mundo que nunca podría conquistar. Se equivocó el día en que conversó con Jorge, un adolescente como él, y lo sintió tan cercano como a su vecino.

No advirtió entonces que su triunfo personal en la jungla citadina, formaba parte de una experiencia colectiva que no solo lo incluía a él, sino a todos los que vivían cerca, en su Comunidad y en tantas otras zonas montañosas de Cuba.

El próximo 2 de junio se cumplen 22 años de un Programa creado, justo para la atención integral a zonas montañosas. Turquino-Manatí es su nombre. Orlando lo conoce, pero quizás ha estado muy ocupado dibujando a su instructora de arte en el aula, o al médico que atendió a su madre hace poco, o a un grupo de teatreros que llegaron un fin de semana cualquiera. Orlando todo lo registra con el lápiz y ahora enseña su carpeta a los profesores de su futura escuela.

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miércoles, 13 de mayo de 2009

Romerías de Mayo: Todo el mundo en la calle

Fotos: Amauris Betancourt

(Este trabajo lo escribí en conjunto con mis colegas Lenadro Estupiñán y Maribel Flamand. Es un resumen de todo lo que ocurrió en Romerías)

“Las Romerías iniciaron el dos”, le dijo una pionera de primaria a su madre, e inmediatamente siguió contándole en qué consistían, qué pa
saba y cuándo se acababa la fiesta. La madre miró al costado y se sonrió como diciendo: “Así son los niños”. Iban por la acera rumbo al centro de la ciudad. El lugar era un hervidero. Durante la noche había sido peor. El parque Calixto García se repletó con una multitud que escudriñaba los animales realizados por el artista José Emilio Fuentes. Algunos lo tocaban intentando averiguar si eran de metal y no de un material suave relleno con aire.

A pocos metros de allí, en el Centro de Arte, recinto principal de Babel, seguía abierta la expo bipersonal “Vértigo²”, con esculturas de Agustín Bejarano y los dibujos cromados de Rafael Pérez Alonso. La obra del ecuatoriano Fernando Coral Dueñas, los pequeños grabados de Jeffrey Walter Stellick y las “Cartografías disidentes”, del curador español José Miguel Cortés, completaron el programa. Muchas permanecerán allí unas semanas más.

El Grupo Vórtice y Dayamí Rodríguez compartieron las calles con “Vacutainer”, un neologismo que identifica a jóvenes preformistas holguineros, liderados por Frank Hidalgo, e hicieron 16 presentaciones en total. Ha sido muy difícil distinguir entre performance y teatro callejero. La Compañía Mirón Cubano, de Matanzas; Morón Teatro, de Ciego de Ávila; y GRITÓN, de Honduras, complicaban a los transeúntes con sus trajes exóticos y su manera de abordar el espacio. En el Ismaelillo, Teatro El Público hizo de las suyas.
CORTOS, DOCUMENTALES, PANTALLAS EXTERIORES

Sobre cuatro pantallas alrededor del Parque Calixto G
arcía se proyectaron filmes cubanos, las últimas Muestras de Nuevos Realizadores y la del Festival La Boca del Lobo. Javier Muñiz es el director de este certamen madrileño que llega para promover el trabajo de realizadores de geografías diversas. Se pasa buena parte del tiempo metido en Las Tres Lucías donde sesionó La Cámara Azul, sección para el audiovisual que atrajo a realizadores españoles, canadienses, cubanos y a Sergio Iván Trujillo, agregado cultural de México en Cuba (el único azteca presente, pues la delegación no llegó por la influenza A H1N1).

El desfile de clausura hasta la parte moderna de la ciudad (los 18 plantas) empezaría en la noche, un poco antes de redactar estás líneas. Desde allí se lanzaría la convocatoria para la venidera edición y se terminaría izando el hacha hasta la cima del edificio. Algunos de los músicos toca
rían después. Antes, habían llenado espacios diversos: el Jazz Club, La Casa de Iberoamérica, el Caligari.

NOVENA SINFONÍA, JAZZ, ROCK Y TROVA


El proyecto “Trovuntivitis” protagonizó las descargas que alternaban entre la Casa de la Trova El Guayabero y la Casa de la Música. Roly B
errío y sus colegas transplantaron el ambiente de “El Mejunje” en Santa Clara. “Ennfusión”, de La Habana, y “Jade”, de Ciudad de La Habana, convergieron con el movimiento de trovadores jóvenes aquí, protagonizado en la Fiesta por “Oscar Sánchez y los Kñengos”. Los trovadores Augusto Blanca, Norge Batista y Fernando Cabrejas armaron un buen homenaje al trovador Ramiro Gutiérrez, quien interpretó t7 temas nuevos y antológicos en un clima de nostalgia y amable reciprocidad.

La Gala Homenaje a Montreal, ciudad a la cual se dedicó esta edición, fue propicia para que delegados extranjeros expresaran su agradecimiento a las Romerías en el Ismaelillo. Alexis Triana, Presidente de su comité Organizador, les entregó una réplica del Hacha de Holguín. En el escenario, se presentaron Gaby et les Monzú, Doris y sus Robertos, el Grupo LAL, Lorraine Klaasen, y el trío de brasileños integrado por Vander Lee, Mauricio Ti
zumba y Regina Souza, entre otros. Vic Vogel se presentó en el Jazz Club con su agrupación. Allí, trabajaron también los jóvenes del Festival Jojazz.

Aunque la música de concierto no tuvo espacios habituales, logró una noche notable, sólo empeñada por las contrariedades del audio. El Maestro Enrique Pérez Mesa (director de la Orquesta Sinfónic
a Nacional) guió a la Orquesta Sinfónica de Holguín, junto a más de 60 estudiantes y a unos 10 músicos invitados, durante la interpretación de la Sinfonía N.9 opus 125 coral, de Beethoven, 185 años después de su estreno. El espectáculo fue posible también por la participación del Orfeón Holguín y el Teatro Lírico Rodrigo Prats, dirigidos por María Fernandina Aldana y Concepción Casals, respectivamente.

RAÍCES Y ABRAZOS COMO SUSTENTO

El evento Raíces se adueña de un espacio entre el Mural Orígenes y el parque de Las Flores. Desde su discreción, continúa confirmándose como el sustento de todo cuanto ocurre en esta fiesta de la diversidad y las tradiciones. Danzas africanas y españolas, ritmos nuestros como el changüí y la rumba, culturas foráneas que con su influencia enriquecieron la nuestra confluyen en este espacio para reafirmar que “no hay hoy sin ayer”, como justamente anuncia el eslogan.

Orlando Arzuaga, director de Raíces, afirma que va siendo tiempo de que el espacio alcance el protagonismo que merece y para ello asegura que a partir de su próxima edición contará con un momento teórico donde se dialogue en torno a todo cuanto ocurra en esta escena.

Unas cuadras más al Sur, ni los límites continentales ni las barreras idiomáticas fueron impedimentos para que la integración germinara como el gran fruto de La Fiesta de los Abrazos. En su VI edición, el parque José Martí, sede habitual, recibió a delegaciones de nuevos países participantes como Etiopía, San Vicente, Trinidad y Tobago, Guatemala, Uruguay, Guyana y Mali.

EN EL RECINTO FERIAL

Este año, la Feria de Artesanía, de carácter comercial, consiguió otro récord de asistentes con la llegada de 51 artistas de 9 países. Perú es la nación más representada. Le siguen Guatemala, España, México, Costa Rica, Ecuador, Siria, Venezuela y Colombia. También se sumaron 14 artistas independientes de la Isla, y filiales de cinco provincias mantienen sus espacios expositivos.

Los artesanos participantes aprovechan el momento para intercambiar y para observar las novedades que trae cada cual. Los desfiles de moda suceden cada tarde a las seis y hoy estará dedicado a los niños. Mañana cierra un concurso convocado, a propósito de la celebración por el día de las madres.

En el propio Expo Holguín sesiona el Premio Memoria Nuestra, encuentro teórico que colmó dos salas: una para los trabajos que optaban por el Premio y otro para las mesas diálogos, donde se escucharon intervenciones trascendentales. Pasaron por allí, el brasileño Wagner Becerra, Martín Sánchez, periodista del diario argentino El Clarín, la investigadora Virtudes Feliú y Jorge Juan Lozano, de la Sociedad Cultural José Martí, entro otros muchos. El evento, que no contó con todas las personalidades anunciadas, comenzó con una viva y personal conferencia del Doctor Rigoberto Segreo y terminó ayer con otra de la realizadora Lissete Vila. Ambas ratificaron la esencia del evento: el intercambio de ideas de manera crítica para azuzar la reflexión.

Aún cuando el transporte sea uno de los principales contrarios a esta espacio, Expo Holguín es un buen lugar para repensar las cuestiones culturales y para apreciar lo más arraigado a los pueblos, como intentan, al fin, las Romerías de Mayo, un posible Festival Mundial de Juventudes Artísticas . A fin de cuentas, el sitio se encuentra enclavado en la “modernidad” y de eso van las Romerías: de tradición a modernidad, de teoría a práctica, de lo simple a lo complejo.
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“Memoria Nuestra”:

Premios

- Hilda Nurys Quesada (Sancti Spíritus). “Tardes para la aguja y el ganchillo”.

- Yuset Sanchez Kindelán (Santiago de Cuba). “El castillo de San Francisco ente activo en la memoria de Santiago de Cuba”

Premios Colaterales

- Lizue Martínez Rodríguez (Holguín). “La digitalización del libro Breve historia de la ciudad de Holguín, de Juan Albanés. Rescate de nuestro patrimonio bibliográfico”.

- Ana Sarai Llanes (Ciudad de La Habana) “Dame una canción para jugar”.

- Miyairis Espinoza Tamayo (Báguano, Holguín). “Elaboración artística con enfoque participativo para favorecer la animación de la comunidad El Manguito”.

- Susana Carralero (Holguín). “Vigencia de los vevers de la pintura caribeña contemporánea”.

Menciones:

- Yoel Rodríguez Ochoa (Holguín)

- Milagros Yadira Coromina y Yamila Marrero (Granma)