martes, 21 de abril de 2009

Acta del Jurado del VII Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás

Foto 1. La actriz Annia Bu recibe de Sergio Benvenuto, director del Festival, el Premio del Público a la película cubana Los Dioses Rotos, de Ernesto Daranas.
Foto 2. Carlos Vázquez, representante de KCD, entrega uno de los Premios a Omer Oke, director de Querida Bamako.
Foto 3. Enrique Pineda Barnet, director de la Anunciación, gana Premio de Maqueta, que entrega Swiss Effects (valorado en 20000 usd).
Foto 4. Preparación del Desfile inaugural del evento, el 13 de abril.

Premios

VII FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CINE POBRE DE HUMBERTO SOLÁS

Mención Honorífica del Jurado de Maquetas y Guiones Inéditos para Largometrajes de Ficción al Guión, post-mortem, para el guión:

La prisión de Atahualpa, de Pancho Cajías, Bolivia

Mención Especial del Jurado de Maquetas y Guiones Inéditos para Largometrajes de Ficción al Guión:

Operación Cóndor. Código Atacama, de Tonchy Antezana, de Bolivia.

Mención especial del Jurado de ficción por la mejor visualización al cortometraje:

Marina, la esposa del pescador, de Carlos Hernández, Colombia.

Reconocimiento del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al documental

El desayuno del poeta. De Mario Iglesias. España.

Mención especial del Jurado de ficción a la mejor dirección de actores y al mejor guión para:

Eduardo del Llano Rodríguez. Por Brainstorm. Cuba

MENCIÓN especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte a los documentales:

Flores de Ruanda, de David Muñoz. España.

Fuera de Liga, de Ian Padrón. Cuba.

AJ en La Habana, de Ismael Perdomo Fonseca, Cuba-España-Dinamarca.

MENCIÓN especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al Videoarte:

Los Puros, de Eilyn Prieto Herrera. Cuba.

Mención especial del Jurado de la prensa extranjera a la mejor fotografía para:

Mauro Vidal por Marina, la esposa del pescador. Colombia.

Mención especial del Jurado de la prensa extranjera a los largometrajes:

Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, Cuba

y Querida Bamako de Omer Oke y Txari Llorente, España.

Premio de Cortometraje del Jurado de la Prensa Extranjera para:

Café com leite (Tú, él y yo), de Daniel Ribeiro. Brasil

Premio Especial del Jurado de la Prensa Extranjera a:

Brainstorm. De Eduardo del Llano Rodríguez. Cuba

Premio Especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al documental:

Bilal. De Sourav Sarangi. India

Premio al documental latinoamericano que mejor refleja la diversidad cultural a:

La Chirola, de Diego Antonio Moncada Gutiérrez. Cuba.

El premio está dotado por 1000 USD otorgados por la UNESCO.

Premio Pobreza Zero a un documental, videoarte u obra experimental

Sicarios del capital, de Gregorio Subersiola, España

El premio está dotado por 1000 USD que otorga la ONG OIKOS.

Premio de Largometraje del Jurado de la Prensa Extranjera a:

EL camino, de Ishtar Yasin Gutiérrez. Costa Rica

Premio del Estudio Mariscal a la mejor obra experimental o videoarte a:

The Beauty or the Beast, de Yimit Ramírez González. Cuba

El Premio está dotado por 1000 CUC que otorga la AECID.

Premio a la mejor obra de ficción realizada por una mujer.

Nevando voy. Candela Figueira y Maitena Muruzabal.

El galardón está dotado por 1000 Euros que aporta la ONGD Mugarik Gabe.

Premio del Jurado al Mejor Documental, Obra Experimental o Videoarte realizado por una Mujer para:

Tacones cercanos, de Jessica Rodríguez Sánchez . Cuba.

El galardón está dotado por 1000 Euros que aporta la ONGD Mugarik Gabe.

Premio del Colegio de América al mejor documental hispanoamericano.

Humillados y Ofendidos, de Javier Horacio Álvarez, César Brie y Pablo Brie, Bolivia.

La Universidad Pablo de Olavide apoya el premio con una beca de dirección cinematográfica que está valorada en 3500 Euros.

Premio Especial Del Jurado Colegio de América al mejor cortometraje Iberoamericano de ficción.

Café Com Leite. De: Daniel Ribeiro. Brasil.

Apoyado igualmente por la Universidad Pablo de Olavide con una beca de dirección cinematográfica.

Premio Especial del Jurado al mejor cortometraje de Ficción concebido por AECID.

Viaje a Bangkok. De: Dionisio Pérez Galindo. España.

El Premio está dotado por 1000 CUC que otorga la AECID.

Premio Pobreza Zero de Ficción concedido por OIKOS.

Domingo, de Enrique Álvarez. Cuba.

El premio está dotado por 1000 USD que otorga la ONG OIKOS.

Premio Casa América a la Mejor obra de Ficción Iberoamericana.

El camino. Ishtar Yasin Gutiérrez. Costa Rica.

Casa América Cataluña apoya con un monto de 2000 euros al ganador.

Premio al Mejor Guión Inédito para:

2001: Mientras Kubrick estaba en el espacio.

El premio está dotado por 2500 CUC que aporta la ONG holandesa HIVOS.

Gran Premio Especial del Público al largometraje en competencia:

Los Dioses Rotos de Ernesto Daranas, Cuba.

Gran Premio al mejor largometraje de Ficción.

Querida Bamako. Omer Oke y Txari Llorente. España.

El galardón está dotado por 5000 CUC que aporta GBM Inc, empresa radicada en Cuba

Gran Premio del Jurado a la Mejor Maqueta para un Largometraje de Ficción, (ex—aequo) para:

La anunciación, de Enrique Pineda Barnet, Cuba

El Super de Fernanda Aljaro y Felipe del Rio, Chile.

La empresa suiza Swiss Effects apoya con servicios de postproducción digital valorados en 20000 USD.

Más del Cine Pobre:

Mirtha Ibarra habla de Titón

KCD apuesta por el Cine Invisible

Cine independiente, ¿será pobre siempre?

Oficios invisibles del audiovisual cubano

CINE POBRE: Los oficios invisibles del audiovisual cubano

Por primera vez en la mesa de discusión del VII Festival Internacional del Cine Pobre de Humberto Solás no se sentaron directores de cine, fotógrafos, productores o editores, sino que en su lugar aparecieron rostros más anónimos, pero igual de esenciales y determinantes en lo que ha sido la historia, en este caso, del cine cubano.

El trabajo de Magalis Pompa (maquillista), Violeta Cooper (vestuarista), Luis Lacosta (escenógrafo) y Lolo (tapicero) no es tan glamoroso como el de los actores o el director, es por ello que son olvidados a la hora del homenaje, aunque sus nombres aparezcan en casi todos los filmes del ICAIC. El Foro “Los oficios invisibles en la industria del cine: Una escuela pendiente” que sesionó en la Casa de la Cultura de Gibara, durante el evento, busca justamente hacerles justicia.

Enrique Pineda Barnet, que participa en el Festival con su último largometraje “La anunciación”, fue el encargado de rescatar de la desmemoria nombres como el de Julián Ruiz o Carmelina García. “Julián era el hombre que te preguntaba ¿cómo quieres las patas de las sillas que aparecerán en la película: estilo Luis XV o Luis XVI? Él sabía esas cosas. Carmelina, con un cepillo de alambre, envejecía las chaquetas en un momento.”

También recordó a aquel señor mayor que con una esponja, un poco de agua sucia y unos golpecitos en la pared, le daba un aspecto de envejecimiento instantáneo.

Para la mayoría de los asistentes al Foro, sobre todo para los realizadores que participan en el certamen gibareño es toda una novedad reconocer a un maquillista o escenógrafo como cineasta. Fue por ello que Pineda comenzó el debate justamente por definir el término “cineasta”, dentro del que, según apuntó el director, caben tanto utileros, choferes, como productores o fotógrafos: “es todo aquel que ha hecho cine”.

Por supuesto que los jóvenes realizadores o los que solo conocen el cine de bajo presupuesto o el digital, que vendría siendo lo mismo, no tienen la culpa de marginar a estos oficios invisibles. Seguramente la mayoría no ha tenido en su staff de producción a una persona encargada de la escenografía, o del maquillaje o del vestuario. Si en ocasiones no pueden pagar un actor, es lógico que mucho menos a un maquillista o vestuarista.

Magalis Pompa habló de su amor al cine y de que trabajaría incondicionalmente con Pineda, por ejemplo. También habría que preguntarse si haría lo mismo con los jóvenes realizadores que ahora pululan en este Festival.

El Foro no tocó ese apartado. Era el momento de recordar y así lo hicieron todos. Pineda definió el nombre de Magalis como un genérico en el maquillaje, así como en Cuba se le empezó a decir Frigidaire (como la marca) a cualquier refrigerador, o en el Oriente de esta misma Isla, aún se le dice Cubalse (nombre de una corporación) a cualquier jaba de nylon.

Lacosta contó que en sus numerosos trabajos con Manuel Octavio Gómez, realizador cubano de amplia filmografía, confeccionaba los diseños en grandes cartones, que le hacía firmar a su director, para constatar luego, que ya habían sido aprobados por él. Cuando Manuel Octavio le decía “no has hecho nada de lo que te dije”, Lacosta ostentaba la firma del propio Manuel que aseguraba lo contrario.

Violeta Cooper recordó que cuando Humberto Solás no daba su aprobación a un vestuario, no se lo podía poner ni a los extras: “yo transformaba ese que no le había gustado, le ponía dos o tres cosas, pero él lo reconocía donde quiera, así que opté por no ponerle a nadie lo que a él no aprobaba”.

Manuel Herrera, realizador y director de la Cinemateca de Cuba, contó cómo Violeta lo ayudó en un momento difícil para él, cuando dos de sus actores se quemaron durante una filmación, y ella le dijo: “levántate que el único que no puede caerse eres tú”.

Lolo comenzó a trabajar en el ICAIC en el `61, tapizando las 12 sillas, del antológico de igual nombre de Tomás Gutiérrez Alea. “Lolo es un monumento, pero activo, pensante y crítico”, dijo Pineda Barnet.

Se mencionó allí el sentimiento de “memoriarte”, definido así por Pineda. Ha llegado la hora de hablar de los invisibles, de los olvidados, de los que nunca se mencionan. Es este un propósito válido a 50 años del surgimiento del ICAIC en Cuba y en un momento en que ya el cine no se hace como medio siglo atrás.

CINE POBRE: Cine independiente, ¿será de pobre siempre?

¿De qué estamos hablando cuando mencionamos la distribución? ¿Qué es más importante para el realizador de cine independiente: que se vea su película u obtener una ganancia sustanciosa?

Estas fueron algunas de las interrogantes que surgieron y a la vez suscitaron otras inquietudes en el Foro “Por un cine Pobre menos pobre: hacia una realización y postproducción óptimas con mayores posibilidades de distribución”, uno de los espacios teóricos que ofreció el VII Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás, en la Casa de la Cultura gibareña.

En opinión de Thomas Krempke, representante de Swiss Effects, uno de los auspiciadores del certamen, siempre será un calvario insertarse en los grandes circuitos de distribución, no importa el soporte que sea, 35 mm o digital.

“Con la tecnología digital se ha democratizado el acceso a la realización de cine, pero ha aumentado la competencia. Hay demasiados filmes en el mundo. Con la producción de cine en digital sucedió lo mismo que con la escritura. Un papel y un lápiz, y cualquiera puede escribir una novela, pero eso no hace más fácil el acceso a las editoriales y a que tus historias se lean”, comentó Krempke.

“Serán 30 mil salas en digital en el mundo y seguirán las dificultades para la distribución”, repitió el representante de Swiss Effects, con lo cual contradice los planteamientos del franco-canadiense Hervé Fischer, que en la VI edición de este evento exponía sus teorías en el mismo escenario.

En el libro “La decadencia del imperio Hollywoodense”, Fischer pone todas sus esperanzas en que la fácil distribución del digital va a terminar con la hegemonía del imperio del cine norteamericano en 10 años. Siempre será más fácil y económico, hacer copias de un largometraje en digital que hacer 10 copias de un máster de bobina de
35 mm. Pero justo ahí está la trampa, porque esa facilidad también favorece la piratería, con lo cual el filme no genera ganancias.

Es curioso cómo algunos realizadores no ven en la piratería una amenaza, sino una red favorable para que se conozca lo que han hecho.

Tiene que ver con lo que esperas de tu obra. Hollywood vive el cine como una industria, y tiene mecanismos no solo de distribución, sino también de lenguaje cinematográfico para acaparar la mayor cantidad de públicos. El cine de autor, independiente y comprometido se aleja de eso. El Cine Pobre puede llegar a ser un cine de masas, pero no es lo usual, por recurrir a lenguajes alternativos. Entonces, ¿esta condenado el cine independiente a ser pobre siempre?

Hasta hoy es lo que sucede en casi todo el mundo. Pero he ahí otra disyuntiva: el realizador independiente hace su primera película con el entusiasmo de muchos amigos, pero, ¿tendrá que recurrir a esos mismos mecanismos en su segunda producción?

Aún quedan muchas preguntas sin responder. Quizás la solución está en la implementación de políticas estatales que apoyen con fondos, o que se abran más concursos y Festivales, o que los productores sean más sagaces en las estrategias que diseñan con fines de exhibición, o hacerse de muy, pero muy buenos amigos.

A veces no se espera mucho porque no se ha invertido tanto, pero el cine que ha recurrido al digital, deja de ser pobre en el mismo momento en que debe comenzar las gestiones para un hinchado a 35 mm.

Entonces sí se esperan ganancias. Parece un laberinto con muy pocas, estrechas y escurridizas salidas.

¿Cómo hacer un cine comprometido, de bajo presupuesto y que a la vez genere ganancias? He ahí la cuestión.

CINE POBRE: KCD apuesta por el Cine invisible

El Cine Pobre cuenta ahora con un nuevo auspiciador: KCD. Kultura Communication y Desarrollo (en vasco) tiene como representante a Carlos Vázquez, un rostro conocido para los que cada año se acercan al Festival porque en ediciones pasadas llegó en nombre de Mugarik Gabe, la ONG que aún apoya al evento con la entrega de dos premios, pero esta vez se trae entre manos un proyecto más integral y que se involucra y compromete mucho más con el cine de todo el mundo.
¿Cómo surge Kultura Communication y Desarrollo (KCD)?

- KCD es una organización no gubernamental, con sede en el País Vasco. Es algo que veníamos hablando Humberto y yo desde el año pasado y nace, de alguna manera, de muchas conversaciones con él, muchos paseos tanto por el Malecón de La Habana como por Bilbao. La cuestión era hallar una manera de vincular el ocio, la cultura o el cine, al desarrollo. No tiene sentido que el Festival año tras año vaya reuniendo más amigos, tenga más películas, más exposiciones, más de todo y Gibara se quede estancada en la historia.

¿De qué manera KCD materializa este propósito?

- El proyecto fundamental con el que va a empezar KCD es un Convenio con el Gobierno Vasco, para apoyar la reconstrucción de ciertas zonas culturales de Gibara como es el tema del aire acondicionado en el Cine Jibá, algunas reparaciones en la Casa de la Cultura, en la Biblioteca Municipal, y el apoyo al Festival de Cine Pobre.

¿De qué monto estamos hablando?

- Son unos 250 mil euros. Este Fondo da para hacer el Festival por dos años y para la recuperación del pueblo.

¿Cómo se inserta en todo esto la idea de KCD de un hacer un Festival de Cine Invisible?

- Queremos hacer este evento, que se va a llamar Festival Internacional de Cine Invisible Humberto Solás, y tiene como un subtítulo: Filme Sozialak, filme social, en vasco. Va a tener su primera edición del 5 al 9 de octubre próximos en un cine comercial del centro de Bilbao. Este certamen va a complementar al Cine Pobre, porque mientras este habla del tema de la producción de bajo costo, el otro va a hablar con más fuerza de la distribución. Al Cine Invisible podrán entrar cintas con altos costos de producción, la única exigencia es que no hayan sido exhibidas en salas comerciales, o que en su defecto, hayan sido perseguidas, censuradas, ya sea por un tema económico o un tema político, en cualquier parte del mundo.

¿Qué se proyectará en este primer encuentro de octubre?

- Este año no va a ser competitivo y todo lo que vamos a poner va a ser de Cuba, porque la idea es dedicarlo al 50 Aniversario del ICAIC y a Humberto Solás. Nos pareció importante por su fallecimiento reciente y porque él fue uno de los gestores de esta idea. También Al ICAIC, porque Cuba es uno de los pocos países del tercer mundo que tiene una cinematografía propia, en la mayoría no podríamos hablar de un instituto y el de Cuba ya va a cumplir 50 años. Se proyectarán cintas de Humberto, de Titón, de Santiago Álvarez, quizá haya una muestra de lo que vino al Cine Pobre, también tendremos cine de animación.

Los premios de este Festival tendrán que ver más con la distribución, ¿no?

- Así es. Vamos a hacer un esfuerzo para generar canales de difusión y distribución, donde la gente que no viene a los Festivales tenga acceso a este tipo de filmes. Ahora mismo KCD está poniendo en marcha una línea de comunicadores con el fin de crear una red que permita algún día generar esos canales de difusión en todo el mundo. Queremos ir sumando redes de África y Asia.

¿Cómo funciona el tema de la distribución en Bilbao?

- Es la misma situación que hay en todo el mundo. Las salas están supeditadas a Hollywood y hay muy poco espacio para el cine independiente. Pero es una situación mundial. Nigeria, por ejemplo, tiene una producción de 2 mil filmes al año, más que Hollywood que no sobrepasa los 900, y ¿cuántas cintas nigerianas conocemos?: muy pocas. El Cine Invisible pretende contrarrestar un poco eso.

KCD arrancó oficialmente en octubre del 2008. Al momento de esta entrevista, aún la organización no se había presentado oficialmente en el Festival.

- Será como un bautizo.

Había sentenciado Vásquez a la espera de que otros muchos más colaboradores se sumen a la recaudación de fondos y a corto o largo plazo veamos el desarrollo en Gibara, del Cine Pobre y del Invisible.

CINE POBRE: Mirtha Ibarra habla de Titón

En una de las tantas noches del VII Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás, los participantes asistieron a la presentación del documental Titón: de La Habana a Guantanamera , de Mirtha Ibarra, proyección con la cual el evento decidió honrar al director cubano Tomás Gutiérrez Alea.

Horas antes de la anunciada exhibición, Mirtha caminaba por los pasillos de la Casa de la Cultura de Gibara, concediendo firmas, dando entrevistas, y dejándose fotografiar por quienes la admiran y se acercan para una instantánea. En medio de ese ajetreo conversamos con ella.

El documental se llama de La Habana a Guantanamera, ¿no?

Sí, de La Habana”, porque Titón nació allí, y es una ciudad que él adoraba, y muchos de sus películas Hasta cierto punto, Fresa y Chocolate, la tienen como escenario, y “a Guantanamera” porque esta fue su última película. Es un recorrido que hace el propio Titón, con material de archivo que recopilé y otros que grabamos.

Muchos de los que pudimos apreciar el largometraje en la Sala oscura vimos por primera vez a Gutiérrez Alea hablando de su cine, de lo que le gusta de lo que no, de sus inconformidades, o satisfacciones. Una gran parte de esos datos ya se habían esbozado en el libro de entrevistas que escribiera la periodista Silvia Oroz (Los filmes que no filmé), lo que demuestra una coherencia en el pensamiento del cineasta.

¿Existió alguna idea de hacer un documental antes de que Titón falleciera?

Existe uno, pero el fuerte son las entrevistas de otras personalidades hablando y valorando la obra de Titón, aquí no. En este filme la mayor parte del tiempo es él mismo quien habla de su cine. Espero que sirva de invitación para visitar las películas que la gente aún no ha visto, de las que han oído hablar muy lejanamente. Creo que hay que hacer una revisión y una revalorización de su obra.

En el material se menciona casi toda su filmografía. Se habla de los documentales menos promocionados de inicios de la Revolución y hasta de cintas como Una pelea cubana contra los demonios de la que el propio Titón dice: “Yo creo que en el mundo hay solo dos o tres personas a las que le gusta esa película”.

“Es una gran metáfora sobre la intolerancia, desde un punto de vista telúrico-sensual”, comentó en la pantalla Humberto Solás sobre el filme mencionado. Solás, no es el único entrevistado, confluyen opiniones de Fernando Pérez, Edmundo Desnoes, Ambrosio Fornet, Julio García Espinosa, y otros intelectuales que lo conocieron.

También habla Mirtha Ibarra, quien va dibujando la parte más humana del realizador. “Él siempre trabajaba con música, le gustaba dibujar las carátulas de sus cassettes y lo hacía muy bien, también podía tocar a Bach. Se pasaba todo el tiempo en la biblioteca de la casa, casi nunca hacía siestas”, decía Mirtha a la cámara.

¿Cómo surgió la idea del audiovisual?

Después que hice el libro Titón: volver sobre mis pasos, que es un epistolario suyo desde el `53 hasta su fallecimiento. Cuando se editó, sentí la necesidad de complementar eso. El libro es la parte íntima, donde él habla con directores, músicos, productores e intelectuales de la cultura en general. El documental tiene que ver más con su obra, pero también con él como ser humano. Cuando lo ves a él hablando de sus películas, te queda una imagen más completa, te queda un conocimiento más profundo de su obra, pero también de la coherencia con su quehacer cotidiano.

Al finalizar el documental, la dimensión de Gutiérrez Alea crece dentro del espectador. Queda la imagen de un hombre revolucionario, pero en el más amplio sentido de la palabra. Titón creía que se debía operar críticamente sobre la realidad, y que solo la mirada escrutadora podía provocar el cambio y la evolución. Sus películas nunca fueron esnobistas o de complacencia, como no lo puede ser una obra contradictoria, reveladora y sincera. Es quizá por ello que algunas de sus cintas han sido engavetadas, olvidadas, y Mirtha ha tenido que reencontrarse en otro oficio del cine, para contrarrestar el fenómeno.

Después de trabajar como actriz por tantos años, te estrenas como directora, ¿piensas hacer algo más después de esto?

No. Dijo a secas y sonriendo. Su deuda con el cine y con Titón, quien fuera su esposo en los últimos 23 años de su vida, parece estar saldada.

FICHA TÉCNICA.
Titón: de La Habana a Guantanamera (España-Cuba):

Dirección: Mirtha Ibarra.

Producción: Brothers&Sisters

Guión: Salvador Maldonado, Mirtha Ibarra.

Montaje: Jose Recuento, Mayte Castillo.

Año: 2008.

Duración: 93’.

lunes, 6 de abril de 2009

Justo 97 obras en concurso en el Festival de Cine Pobre (Gibara, Holguín)


El próximo 13 de abril el filme Un día de noviembre del recientemente fallecido director Humberto Solás inaugurará la VII edición del Festival Internacional de Cine Pobre, que ahora lleva su nombre.

Son 112 las obras que se incluyen en la sección oficial. Competirán nueve largometrajes y 28 cortometrajes de ficción, 31 documentales, además de ocho maquetas y 21 guiones. La selección se hizo de entre 266 obras.

Como fuera deseo de Solás, presidente y fundador del Festival, se hará un homenaje a Tomás Gutiérrez Alea, con la proyección del documental Titón: de La Habana a Guantanamera, dirigido por Mirtha Ibarra, actriz cubana y ahora realizadora, con este material en el que recuerda a quien también fuera su pareja en vida. También se presentarán otros filmes del director de Fresa y Chocolate.

Entre los encuentros teóricos se anuncian el titulado Por un Cine Pobre, menos "pobre" y el foro homenaje al cine cubano Los oficios invisibles en la industria del cine: una escuela pendiente.

Hasta el día 19 y como es usual, las artes plásticas y la música volverán a confluir en esta edición. Aún no se confirman todos los invitados, pero sí se asegura la participación de Osneldo García, Premio Nacional de Artes Plásticas, con una exposición de esculturas. También habrá una muestra de fotografías alegóricas a Solás.

La exposición itinerante Retos de la naturaleza, inaugurada en marzo en la Capital, cuyos autores (15 resporteros de la AIN y en colaboración con la IPS) captaron en el lente imágenes de los recientes huracanes que azotaron la isla, tendrá su primera parada en Gibara, durante el Festival.

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jueves, 2 de abril de 2009

A 40º terminó concierto de “No te va gustar” en Holguín

“No te va gustar”, banda de rock uruguaya de visita en la Ciudad de los Parques, sacudió este miércoles, el Cine-Teatro Ismaelillo de Holguín, en su primera presentación en Cuba.

Los chicos comenzaron, sabiendo que se enfrentaban a un público que muy poco sabía de ellos. Horas antes, habían dejado claro que a pesar de las ventas de sus discos y la popularidad con que cuentan en Uruguay y Argentina, este fenómeno no les hacía mella, pues cada vez que llegaban a una ciudad debían empezar desde cero, y que eso les enriquecía como grupo musical y humano, pero en Holguín no sucedió así.

El concierto inició con las agrupaciones del patio Tierra firme y Mephisto, quienes tocaron unos dos o tres temas cada uno. Les siguieron los ocho integrantes de “No te va gustar” en las tablas.

El teatro no estaba muy lleno, pero un pequeño grupo a la derecha del público, comenzó inusitadamente a chiflar, a tararear canciones, a pedir temas, y los músicos se dieron cuenta de que había coterráneos del otro lado de la cuarta pared (la invisible).

De repente, se estableció una conexión y nosotros, los que escuchábamos a “No te va gustar” por primera vez, comenzamos a ser como unos segundos espectadores, porque había dos espectáculos, el de los muchachos arriba y el de los coterráneos abajo.

Los instrumentos de vientos le daba a cada número un toque especial, y también la voz cálida de Emiliano Briancciari, quien, además, tocaba la guitarra, y le recordó a muchos, al Fito Páez en los inicios. Aunque aún Emiliano no luce ese aire desgarbado, hay una dejadez en su estilo que le sienta muy bien, para este tipo de música.

Había mucha energía, los músicos se movían con total libertad, había autenticidad en cada uno de sus gestos o expresiones en el rostro, nada era prefabricado, o copiado. En las melodías había de todo, una fusión en la que se podían reconocer algunos géneros puros, pero siempre marcados por el sello de “No te va gustar”.

Según Emiliano había dicho en Conferencia de Prensa, ya ese nombre no tiene mucho sentido para ellos, “pero es el que tenemos”. Se les había ocurrido otro nombre para la banda, un nombre terrible al parecer, y cuando alguien les preguntó cuál sería, ellos dijeron con aire pícaro, “No te va a gustar” y así se quedó.

Desde que los rockers divisaron que tenían más aceptación de un lado que de otro, comenzaron a coquetear con sus fans, se bajaban del escenario y llegaban hasta esa parte donde eran recibidos con exclamaciones, saltos, y ojos desorbitados.

Y mientras los de la izquierda miraban a los de la derecha, los de la derecha borraron los límites dentro del teatro. Se pusieron de pie y se instalaron, dando brincos, frente a la banda, por delante de los primeros asientos. Fue espectacular. El volcán explotó finalmente. Se le sumaron estudiantes de la Escuela de Instructores de Arte de Holguín, también presentes en el Concierto y otro número de espectadores.

El concierto terminó así, con medio teatro vacío, gente medio pasmada mirando la ebullición y delante, 40º de temperatura.

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miércoles, 1 de abril de 2009

De la Jornada de Conciertos en Holguín: Crónica de una clase magistral

Asistir a una clase de música de cámara, con pura teoría, y sin saber ni pitochi del tema, no es tan complicado como pensaba. De la Jornada de Conciertos solo fui a las últimas sesiones, primero en la mañana, al Conversatorio, con el Maestro Iván Valiente y las chicas de “Solistas de La Habana” y en la tarde, a la Clase Magistral del Maestro Frank Fernández; ambas actividades en el Conservatorio de Música José María Ochoa de la Ciudad de Holguín.

Durante la clase que el profesor Valiente dio a los presentes, las muchachas de “Solistas de La Habana” tocaron piezas de Bach, de Telemann y de Astor Piazzola. Valiente paraba a las músicos en los momentos en lo que lo creía necesario, para explicar ciertas complejidades. Pensé que tenía algo más en mis notas, pero ahora que las leo, creo que pude retener muy poco de lo que dijo y de lo que explicó también la Maestra María Elena Mendiola.

Uno de los dos dijo que los músicos deben crear una nueva percepción auditiva, para escuchar el conjunto, sin dejar de escucharse a sí mismos y que mientras más pequeño sea el grupo, se notan más los errores de los músicos, porque todo está más al desnudo, es como caminar por una cuerda floja.

Una integrante de la Orquesta de Cámara que ya mencioné, habló sobre el clavincelo, un instrumento parecido al piano, pero que tiene sus particularidades como el hecho de que los sonidos no perduran, o sea se apagan casi al ser ejecutados, por lo que casi todo se toca como en estacato.

Comentó que en el barroco solo se escribían partituras para mano izquierda, porque lo que hiciera la mano derecha quedaba a la libre inspiración del momento. Alguien escribió los movimientos para la mano derecha, pero por supuesto no son originales. La concertista aconsejó a los músicos presentes que se sintieran libres de ejecutar con la mano derecha, no lo que estuviera escrito en las partituras, sino lo que quisieran expresar.

Quedó claro que uno siempre tiene que saber en qué estilo está tocando…

El magisterio de Frank Fernández

La clase magistral de Frank Fernández comenzó a las 2 de la tarde aproximadamente, y culminó, la primera, casi a las 3 y media. Digo la primera porque fueron dos, pero solo asistí a la que tuvo como alumna a Aimé, estudiante del Conservatorio. Ella había escogido para la ocasión el Estudio No. 5 de Chopin.

Fernández comenzó explicando que hasta Chopin, casi toda la música que se hacía era desde las teclas blancas y que este músico “se encarama” como el mismo dijera, hacia las negras. Este estudio lo hizo, justamente, para ejercitar a sus alumnos en el uso de las teclas negras. ¡Qué bien!

Aimé comenzó tocando la pieza en su totalidad y luego el Maestro inició con sus apreciaciones. Lo primero fue que debía tocar con las yemas de los dedos y no con las puntas, para lograr mayor espacio en el contacto con las finas teclas negras, y una mayor estabilidad. Costó a la estudiante desprenderse de su viejo hábito y el Maestro debió inquirirla muchas veces.

Mientras enseñaba, Fernández dijo algunas máximas como: “el arte mientras más natural sea, es más grande” y también consejos como: “El desarrollo de la técnica no puede ser coreográfica, tiene que ser natural, tiene que salir de adentro. Cuando veas a alguien con gestos extraños, exagerados, esa persona no tiene talento”.

Hubo un momento en que la alumna olvidaba una nota, y el Maestro le preguntó cuál era el dedo que no estaba poniendo, ella aseguró uno, pero era otro. Él dijo que esas cosas ocurrían cuando los dedos iban más rápido que el cerebro, e hizo una explicación que ahora no recuerdo muy bien.

Sí recuerdo que en otro momento y referido a otro error de la alumna citó a Schumann o Schubert (no oí bien): “Estudiar las escalas y los arpegios es útil, pero hacerlo en demasía embrutece” y puso un ejemplo con la escala del “do”, que en las escuelas lo enseñan de una manera y por ejemplo en la Sonata de do mayor de Mozart, no se ejecuta de la misma forma en que lo imparten y por lo tanto los alumnos no saben hacerla como está en la partitura. Es por ello que se deben sacar los ejercicios de las propias obras, como diría el propio Maestro: “se debe convertir cualquier obra en un gran ejercicio técnico, pero con musicalidad”.

Recomendó los Estudios de Chopin, quien revolucionó el piano en todas sus aristas. Fue muy contradictorio, allí puso ejemplos, que no podría explicar ahora, pero quedó muy claro que el gran arte se aleja de los conceptos más tradicionales.

Tomamos cinco minutos, y luego vendría otra alumna, pero tuve que irme porque ya era tarde.

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En Holguín: No te va gustar, bueno tal vez sí


No te va gustar es el nombre de la banda uruguaya de rock que visita la ciudad de Holguín y que se presenta hoy en la noche en el Teatro Ismaelillo junto a las cubanas Mephisto y Tierra firme.

Concebida al inicio como un proyecto de rock n`roll, con solo tres instrumentos: bajo, guitarra y batería, No te va gustar, integró a su estilo, percusión y una sección de vientos, con lo que logró una visión musical más amplia.

En la actualidad son ocho los integrantes, casi todos de formación autodidacta. Emiliano Brancciari, voz y guitarra del grupo, es el único fundador, aunque según comentó en Conferencia de Prensa, han logrado una estabilidad en cuanto a los miembros. No tienen director, y los arreglos son colectivos. Emiliano es el que compone y propone a los demás, pero el resultado final es responsabilidad de todos.

Las altas ventas de sus cinco discos: Solo de noche (1998), Este fuerte viento que sopla (2002), Aunque cueste ver el sol (2004), Todo es tan inflamable (2006) y El camino más largo, que acaba de salir al mercado, son un medidor de la popularidad con que cuentan en Uruguay, y también en el país vecino, Argentina.

¿Cómo han lidiado con eso? Fue una de las preguntas de la prensa. “La popularidad no nos ha cambiado en nada. Cuando ya éramos populares en Uruguay, debimos empezar desde cero en Argentina, y luego en el interior de ese país, y eso es muy saludable para nosotros como agrupación, nos enriquece”, explicó Emiliano.

Se han presentado en Latinoamérica y también en Europa, en ciudades como Alemania, Austria, Suiza e Italia, “donde por las diferencias de idioma, nuestra carta de presentación es la melodía, más que el contenido, y nos dimos cuenta de que allí también teníamos mucha aceptación”.

Para el concierto en el Cine Teatro Ismaelillo de Holguín, primer escenario cubano que pisan, traen una muestra de todas sus producciones, aunque harán énfasis en el último fonograma El camino más largo, que, según expresaron, se presta más para el tipo de show en vivo que acostumbran a hacer.

“Hacemos un espectáculo muy intenso, donde pasamos por varios clímax”, comentó Emiliano y con ello, levantó una gran expectativa para la noche.

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