jueves, 22 de noviembre de 2007

Nostalgia de una máquina de cien años

Como en las películas del oeste, el polvo y el silencio me pusieron en suspenso. Caminamos. Estaba ansiosa por descubrir ese lugar del que tanto hablaban. Llegamos a un establecimiento enorme que llamaron güinche, se abrió el portón y adentro había una gran rueda, unas calderas y unas llaves de mecánica del tamaño de una persona. Por fin alguien dijo: “Esto son los Planos Inclinados”.

Comprendí que el misterio no me sería develado a primera vista. Todo ese andamiaje tenía algo de grandioso, pero aún no podía entender qué.

El güinche estaba en la cima de una gran pendiente, y desde sus adentros salían dos raíles que bajaban, sin que pudiera ver el final. En una placa se leía algo en inglés y más abajo, unos nombres y una fecha de construcción: 1906-1909.

Increíble o no, hace cien años se creó esta indumentaria, y hasta el 2006 estuvo en movimiento. Por aquí bajaba el níquel desde las alturas de Pinares de Mayarí hasta la empresa Comandante René Ramos Latour, de Nicaro. Había un hombre en cada puesto: un operador de calderas, un retranquero, un señalero, un güinchero. Ahora sólo queda una quietud que de vez en cuando inquieta a quienes trabajaron aquí, y le dedicaron la vida.

Por allá, por el 1906

“Yo me acuerdo perfectamente de la primera vez que vine con mi abuelo al inclinado. Me traía de la mano, y me subió allá arriba al güinche, y me dijo: ¡saca la cabeza ahora!, y se sintió el FUAAAAA, fueron tres cornetazos del güinchero, y todo empezó a moverse,” recapitula Ramón Quintas, antes trabajador de estas instalaciones; hoy, jefe del transportador Pinares de Mayarí.

Su abuelo le contó que en los inicios del siglo pasado, Míster Felton tuvo la idea de construir una planta para la producción de nódulos de hierro, justo en las aguas de la Bahía de Nipe, encima del cayo Cajimaya; pero los yacimientos ferralíticos para alimentar esa planta se encontraban bien lejos y a unos 600 metros sobre el nivel del mar.

Fue necesario construir este sistema ferroviario de montaña, único en Cuba. Se hicieron dos tramos, que se conocen como planos inclinados superior e inferior. En la cima y a mitad de camino están las dos estaciones encargadas de regular el subir y bajar simultáneo de los vagones con mineral o vacíos.

Casi 30 años después de su construcción, el inclinado comenzó a vincularse a la industria niquelífera cuando en vísperas de la guerra se determinó la fabricación de la primera industria para la extracción del níquel más cobalto, en Lengua de Pájaro.

“Estos vagones no solo cargaron metales, también se usaron en el 60 y pico, para transportar tomate” sigue contando Quintas; “y por aquí se subió la gasolina al segundo frente, alrededor de 20 mil litros”.

Según nos narra fue una operación dirigida por Belarmino Castillo y Abelardo Colomé del Segundo Frente. “Todo se hizo de noche, sin alumbrado ninguno. Tuvieron que usar leña para que generara el vapor, no había carbón porque esto estaba parado. Dice mi papá que él se acuerda cuando fueron a ver a mi abuelo y él dijo: bueno, pues a buscar leña entonces. Era un gallego tremendo, a mi papá nunca se le olvida eso. Y empezaron a buscar leña y más leña y llenaron la caldera, la encendieron y echaron a andar la instalación.”

La calma que perturba

En estos cien años de trabajo, el inclinado tuvo dos grandes parálisis, la última después de la II Guerra Mundial; pero los moradores, los más cercanos, siempre tenían la esperanza de que arrancase de nuevo, así como los vecinos de un central esperan los días de zafra.

“Esta calma es agobiante, se extraña el sonido de la rueda, los vagones, los cornetazos: uno largo para el cambio de turno; dos, para situar los vagones; tres significaban el inicio del viaje, todo el mundo sabía que iba a empezar a moverse la instalación; cuatro, para llamar la locomotora y cinco para llamar al jefe de mantenimiento, el difunto Petequín”, explica Gustavo, quien ahora trabaja junto a una pequeña brigada en la conservación de las piezas del inclinado, pero que echó su vida aquí.

Gustavo habla con nostalgia, y no puede dejar de mostrarnos todo: “mire la biela, este es el volante, el pistón, aquí no hay nada soldado, todo es remachado, esta es una máquina de vapor de 30 pulgadas de diámetro”. A veces no entiendo lo que dice, es pura mecánica, pero lo explica con tanto entusiasmo, que no me atrevo a interrumpirlo.

Su voz rebota en las paredes y en todo lo inmóvil que hay dentro, y con el eco se oye más triste. Aún se aferra a los recuerdos: “las calderas de vapor no se utilizaban a todo lo largo del viaje, solo al inicio, para romper la inercia de los vagones, luego el contrapeso ya era suficiente para mantener la velocidad. No se podían subir más vacíos de lo que bajaban lleno, porque se rompía el ciclo.”

A pesar de la añoranza, todos reconocen que esta era una de las instalaciones más riesgosas que existían en Cuba. Tenía un promedio de un muerto cada tres años. Casi todos eran accidentes generados por el exceso de confianza; en los grandes fenómenos no hubo un muerto, pero sí por descuido y negligencia.

La despedida

La tecnología se impuso. Un transportador de Banda de 11,2 kilómetros de longitud, serpentea por el valle de Pinares, transportando 800 toneladas de mineral húmedo por hora de funcionamiento, todo el día y la noche.

Su velocidad promedio de traslación es de 2,8 metros por segundo y reduce gastos de explotación del yacimiento minero. Ya lleva alrededor de un año y siete meses, y no ha reportado ni un solo accidente. Su funcionamiento permitió la detención de los Planos Inclinados.

Cuenta Gustavo: “cuando a mí me dijeron que iban a cerrar las instalaciones yo nunca lo creí. El último pitazo lo dio Omar, yo no tuve la posibilidad de estar aquí para escucharlo, y nos sorprendió, aunque ya por esos días nos dijeron que estaba a punto de cerrarse el Inclinado, y yo decía: no puede ser que este sea el último viaje”.

“Ese día”, sigue Quintas, “se bajó la última locomotora, el último vagón, y situaron todo como estaba y pararon la instalación. El hecho marcó a todos. El que no tenía un hermano, tenía un primo o un tío trabajando en los Inclinados. Esta era una fuente de empleo fundamental de toda la zona del Guayabo y El Cocal. Tenía plazas laborales únicas, como la de retranquero.”

Muchos de sus obreros se encuentran ahora en el Transportador Pinares de Mayarí, otros en el área del ferrocarril y otros quedaron en la Reserva Laboral de la empresa.

Recordar, volver a vivir. Quintas y Gustavo volvieron a ver hoy los vagones subiendo, la biela moviendo a la gran rueda, y los pitazos del güinchero. También yo lo vi, y sentí pena por no haber llegado antes, para verlo todo en acción.

Actualmente hay una brigada de diez hombres que trabaja en el proceso de mantenimiento. Ellos se encargan de chapear, de pintar todo el sistema de señalización, control y bloqueo, y además, conservar los cables.

Se cierra el portón y atrás quedan los Inclinados. Ya se van las luces del día, y vuelve el silencio.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Premia Salón de Artes Plásticas en Holguín

Con una de las piezas de la serie, “Agencias de viajes o fast delivery 20-A-HOME”, Rubén Hechavarría Salvia se alzó con el Primer Premio del XXI Salón de Artes Plásticas de la Ciudad de Holguín.

El Segundo correspondió al artista plástico, Freddy García Azze, con el título “La vida está en otra parte”, y el tercero a Maiquel Domínguez Báster, con la colección “Inexistir”.

Al certamen se presentaron 39 artistas plásticos holguineros, entre ellos escultores, pintores, fotográfos y grabadores. El jurado, formado por Leticia Leyva, Javier E. Díaz, y Magalis Reyes, entregaron menciones a Osmani Estupiñán, Jorge Luis Cudina, Yolanda Rodríguez, Dayamí Rodríguez, y Yoxi Yuliet Velázquez.

Los resultados se dieron a conocer este sábado en el Centro de Arte de esta ciudad, durante la inauguración de la muestra colectiva, que agrupó 58 obras, entre ellas las galardonadas. Aún se espera el premio al Mejor Performance, manifestación que será laureada por primera vez en este tipo de evento.

martes, 25 de septiembre de 2007

Un holguinero en Canadá

El artista plástico holguinero Julio Alarcón Mariño visita tierras canadienses desde el pasado mes de junio. Desde Montreal nos llegan noticias de su labor en el Atelier “Circulaire”, uno de los Talleres de Grabado más importantes de Canadá. Hasta la fecha ha realizado varias exposiciones personales, y también ha ofrecido conferencias en escuelas de artes de esa ciudad.

El pasado 9 de septiembre, participó en un Encuentro de Solidaridad con Cuba, donde se abordó el tema “Art et culture dans la révolution cubaine” (Arte y Cultura en la Revolución Cubana) y en el que participaron el poeta Carlos Martí; Nicolas A. Guillén, presidente de la Fundación Cubana “Nicolas Guillén”; el director de la Gaceta de Cuba Norberto Codina y otras personalidades de la cultura y la política cubana y extranjera. Este evento debía desarrollarse en Estados Unidos, pero el gobierno norteamericano se negó a entregar las Visas a la delegación cubana.

La próxima conferencia de este creador, tendrá lugar en la Escuela de Arte “Bois-de-Bolougne”, donde también se inaugurará una exposición con una muestra de su quehacer como grabador.

Julio Alarcón, ha sido premiado en el VII Salón de la Ciudad, con su serie “Manipulaciones y retratos”, también en el XIV y el XVIII Salón. Algunas de sus piezas más reconocidas son las que componen la serie en linóleo “Realidad sin límite, I-IV” y el tríptico “Al fin vamos”, con la misma técnica.

Actualmente es miembro de la de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) y trabaja como profesor del Instituto Superior Pedagógico de Holguín, la Academia de Artes Plásticas “El Alba” y la Escuela de Instructores de Arte de esa provincia.


viernes, 17 de agosto de 2007

Estela de un Simposio

Fotos: Yoli

“Hace tiempo que el país no asistía a una exposición tan grande y abarcadora” ha expresado la curadora Noemí Díaz, al referirse a la muestra de escultura de pequeño formato, que por estos días, exhibe el Centro de Arte holguinero en su salón principal.

La exposición, que se inauguró durante el Simposio de Artes Plásticas La ciudad insomne, realizado por primera vez en esta ciudad del 9 al 14 de agosto, se compone de más de 40 piezas, entre las que resaltan Sexy Dance (Talla en madera y base de hierro, 1996) y Corset de talla XL (Aluminio, 1996), ambas de Osneldo García, único premio de Artes Plásticas en escultura, del país. También se destacan cinco piezas de René Negrín, así como el trabajo realizado por otros 18 expositores de la capital y de Las Tunas.

“Esta es una compilación de un alto nivel. No pudieron participar algunos escultores de los más reconocidos por no tener a mano una obra de pequeño formato. Con esas excepciones, aquí se representan desde los muy consagrados, hasta los más jóvenes”, ha apuntado Noemí.

La mayoría de las piezas se crearon en los años 2006 y 2007. Tallado en metal y piedra, aluminio, madera policromada, acero ensamblado, concreto, plástico, hormigón, piedra de capellanía, bronce y mármol dan a la muestra una singular variedad.

El Simposio, y en específico esta exhibición, ha devenido en análisis sobre el hecho de que la escultura de salón en Holguín va en picada. Martín Garrido, curador del Centro de Arte, afirma que se apuesta más por las piezas monumentarias o de tipo ambiental: “la situación está condicionada por la dualidad en que se ve al artista cuando tiene que dividirse entre lo comercial y la verdadera búsqueda estética, la escultura de salón es muy difícil de vender”.

Todo ello ha traído como consecuencia que desaparezca el Premio de Escultura Fausto Cristo, instituido en la década del ’90, por falta de concursantes, y que además los escultores de la provincia sean unos desconocidos para la mayor parte del público.

Noemí comenta que este no es un fenómeno privativo de Holguín, sino de todas las provincias, con excepción de Ciudad de La Habana. Eventos como La ciudad insomne contribuyen a revertir esta situación y aunque este primer encuentro no cumplió las expectativas de sus organizadores, sí propició el intercambio entre los escultores holguineros y los invitados, además de convertirse en un ensayo para el año próximo.

Otras son las problemáticas que se imponen, como es la promoción o la dificultad que supone el transportar las esculturas. Sin embargo, está probado que muy poco resiste a la voluntad del hombre. Fe de ello es esta muestra escultórica que llega desde la capital hasta la ciudad de los parques.


lunes, 30 de julio de 2007

No hacen falta pretextos para hablar del ISA

Casi todos los días voy al ISA a ver a mi tía Petra, un personaje, es una de las mujeres más dulces y dadivosas que conozco. Con ella trabaja Humberto González, crítico de cine, director de la escuela y un tipo bastante singular. Otros: Sonia, la secretaria, las Isabeles, la mayor que es la económica; la de apellido Reynaldo, mujer de Humberto y asesora de la TV; y García Granado, una de las profesoras del claustro, reconocida por su voz en la locución y su manera de arreglar espectáculos.

En fin, toda una fauna. Lo que digo es que no hacen falta pretextos para hablar del ISA aquí en Holguín, porque es una escuela donde casi se ha escrito la cinematografía holguinera y de donde no dejan de salir talentos y buenas ideas.

Por ejemplo Adlibitum, un programa de televisión que hacen los estudiantes, ah!! los estudiantes los olvidaba, vienen de casi todas las provincias de Oriente, una vez a la semana. Unos con apariencias de chicos snob, muchas gangarrias y nariz respingada, otros más humilde y de aspecto común. Todos se unen en el aula y polemizan, actúan y hasta se duermen, como cualquier alumno en una clase. Se les ve por encima de la ropa que saben lo que quieren, que llegaron a esta ciudad con un objetivo bien definido: hacer cine.

En tercer año, deben hacer un documental con sus propios esfuerzos, y en quinto se gradúan con un corto de ficción, y todo un soporte teórico, que conforman en fin la tesis.

Volvemos a Adlibitum, hay que ver el programa, sus locaciones son originales, o sea poco frecuentes a lo que estamos acostumbrados a ver. Tiene tremendo ritmo, que se logra en la entrevista, con Yurisel, la locutora, y con la edición. Sus realizadores intentan buscar el lado oscuro de la luna, o sea la parte no vista, el perfil menos tratado de los temas que abordan, y allí tienen espacio los más jóvenes. El proyecto es del ISA con la Asociación de Hermanos Saíz o sea AHS.

"Esta es una experiencia única en el país. La TV como el cine, es un arte muy costoso, y los estudiantes, a pesar de que trabajan en los medios, muy pocas veces tienen la oportunidad de hacer, de crear desde una perspectiva muy personal. Casi siempre cuando llegan a un telecentro, se suman a los programas que ya existen, sin tener esa libertad que tanto hace falta" dice González Carro.

En el ISA se estudian especialidades de Sonido, Dirección, Fotografía, Producción, Edición. Para el ingreso se hacen cuatro pruebas, cada una eliminatoriasobre cine, dramaturgia y cultura general. Solo hay que tener el 12 grado terminado, ser del oriental cubano, y ya, vale la pena intentarlo.

Humberto hace un poco de historia: "Cuando a finales de los '80 se crea la Facultad de Radio y Televisión en La Habana, se abre también una sede en Holguín. Antes existían aquí dos unidades docentes: una para la formación de cantantes líricos y la otra para los trabajadores de la esfera audiovisual. La creación de este centro obedece al propósito de eliminar el empirismo en los medios, que no sean los cursos de habilitación los que formen a nuestros profesionales."

No solo la televisión se ha visto beneficiado. Dial ISA es un programa de radio con frecuencia semanal, realizado por los propios estudiantes, y con los medios de la Facultad. El objetivo es que todos participen en él, de una u otra forma, por eso no tienen un equipo de realización fijo. En los pocos meses de transmisión se ha convertido en la voz de los alumnos, quienes ven en él la oportunidad de expresarse como creadores.

A estos resultados la Facultad del ISA en Holguín suma los premios que sus estudiantes han obtenido en Festivales de la Televisión, de la UNEAC o de cine, como el de la Muestra de los Jóvenes Realizadores, evento en el que participan desde su primera edición.

Hace poco la dirección de la filial firmó convenios de colaboración con los telecentros municipales de Gibara y Moa, y las corresponsalías de Mayarí y Banes. Como resultado de esta alianza ya va a salir un cortometraje del que ya se tiene el guión y un trabajo de producción adelantado. Otro nuevo proyecto es la grabación de discos en la misma Facultad, a estudiantes de canto lírico u otros músicos de la provincia.

González Carro advierte sobre la situación preocupante de los dormitorios desde el punto constructivo: "Hay un proyecto de reparación y ampliación aprobado por la máxima dirección del Partido y el Gobierno en la provincia y se espera que dentro de poco comiencen las acciones". Ello permitirá que se puedan abrir en Holguín otras especialidades en música, así como Danza y Artes Escénicas.

El ISA en Holguín camina firme en función de crear una verdadera universidad del arte. El fatalismo geográfico se rompe en este centro de estudio que no se detuvo en los años más recios del Período Especial. Su importancia crece cada día en esa misión de desarrollar una programación audiovisual cada vez más nuestra, y alternativa al desarrollo vertiginoso de filmes y enlatados de vocación comercial.

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miércoles, 18 de julio de 2007

Mephisto en el Caimán rock

La banda de rock Mephisto de la ciudad de Holguín, es una de las invitadas a la III edición del Festival Internacional Caimán rock, que se inauguró oficialmente ayer en la Tribuna Antiimperialista de la Ciudad de La Habana.

El evento reúne, además, a 21 agrupaciones de todo el país, y a las extranjeras, Factor VIII, de Panamá, y Crocell, de Venezuela. El Festival busca no solo promocionar el género a través de las presentaciones en vivo, sino también buscar un espacio para el debate sobre temas como: el panorama del rock en Cuba, desde los años 50 hasta la contemporaneidad; la vinculación de este tipo de música con la literatura; y la realización de videoclips.

Caimán rock se viene celebrando en la capital cubana, con frecuencia bianual desde el año 2003, y según ha expresado Luis Morloto, presidente nacional de la AHS (Asociación de Hermanos Saíz) “es el festival de rock cubano por excelencia”. A él le anteceden el Ciudad Metal, de Villa Clara, el Pinarock, en Pinar del Río, el Atenas, de Matanzas, el Rockasol, de Cienfuegos y Metal HG, de Holguín.

Mephisto había participado en las dos ediciones anteriores. Ya para ese entonces, la agrupación contaba con cuatro discos: Seven dead cities (1996), Knowledge of Necronomicom (1997), Creation of the Magnificient (1998), y Carpathian Tales (2000).

Desde su fundación, el 18 de Septiembre de 1996, ha asistido a más de 50 ediciones de festivales nacionales, entre los que se encuentran Ciudad Metal, Mr Dominus, Rock de la Loma, y Metal HG como anfitriones. Sus dos últimas producciones discográficas: Dominion Satanas (2003) y Blasphemy and Evil (2007) siguen cultivando la vertiente del Black Metal, de la que son iniciadores en Cuba.

viernes, 13 de julio de 2007

Graduarse ¿y después qué?

Las graduaciones siempre tienen algo de nostálgico. Sobre todo si son las que dan término a toda una vida de estudiante. Recibir el título universitario es como llegar al final de un largo período que empezó hace más de dos décadas, un día en que la “seño” nos organizaba en fila para ir al aula y aprender el abecedario. De lo que no somos conscientes es que ahí empieza todo. Graduarse de la universidad no es más que un punto de partida.

En esta semana, Holguín ha asistido a tres graduaciones: la del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero; las de la Universidad Oscar Lucero Moya, y la Facultad de Cultura Física Manuel Fajardo, estas últimas, con 574 y 179 estudiantes respectivamente, cifras mayores a las del año pasado.

Se acercan las del Instituto Minero Metalúrgico de Moa, que termina con la mayor graduación de la última década: 217 alumnos, y las de la filial del Instituto Superior de Arte (ISA) en la provincia.

Para los recién egresados, más que obtener una buena plaza, se impone la interrogante de cómo asumir esa vida laboral de la que nos hablan los padres. ¿Ser uno más, o hacer la diferencia? es el conflicto que deben resolver en los primeros meses.

Lo que se espera de los jóvenes es un poco de convicción y deseos de hacer para no ser arrastrados por la corriente de la rutina, en cualquier centro laboral al que se arribe.

Para el caso de los graduados del Instituto José de la Luz y Caballero, esto se convierte en una verdadera necesidad. La universalización de la enseñanza pedagógica llegó a su V Aniversario. Se gradúan en esta ocasión los primeros Profesores Generales Integrales (PGI) y los maestros habilitados de primaria, que hace un lustro asumieron la educación de la enseñanza básica.

Quizás para los valientes, como también se les conoce, la graduación no sea tal momento de ruptura. Desde hace ya mucho tiempo definieron el camino, a pesar de las miradas escépticas y la inexperiencia. Sin embargo, se impone el reto de observar el contexto de cada cual, con la mirada atenta y escudriñadora del buen filósofo, que observa el mundo como si lo hubiera visto por primera vez.

El desafío no es solo descubrir, sino también accionar en función de “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, como ha dicho el Comandante.

Eso va para todos, también para los nuevos médicos. Esta vez la misión de los egresados de la Facultad de Ciencias Médicas va mucho más allá de los límites provinciales. Desde hace una semana, 55 de sus recién graduados, dejaron atrás la tierra que los vio nacer, para iniciarse como profesionales en Venezuela, después de haber pasado un Curso de Intensivistas en la capital cubana.

Diferencias generacionales, cambios de horario, nuevas responsabilidades, intensas jornadas aguardan en el camino. Toca ahora poner en práctica lo que se aprendió en cinco años, y no desfallecer en la marcha.

viernes, 6 de julio de 2007

Hombres en la hora cero

A veces es muy difícil humanizar a los héroes. En los primeros años de estudio, la imagen que podemos obtener es la fría expresión de un libro de texto, o los hechos que acompañaron la vida de un mártir, en voz de un profesor. Es por ello que conocer personalmente a quienes hicieron la historia es siempre un camino que vale la pena recorrer.

La tarde en que fuimos a entrevistarlos, Alejandro Ferrás Pellicer y Pedro Gutiérrez Santos habían terminado un conversatorio con dirigentes y trabajadores del Partido Comunista de Cuba (PCC) en la ciudad de Holguín. Ya casi se iban cuando les pedimos unos minutos para conversar sobre lo que fue la gesta del 26 de julio de 1953, de la que fueron protagonistas.

En ese entonces un grupo de jóvenes liderados por Fidel decidieron asaltar el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, lo cual se convirtió en el motor impulsor de una lucha que desembocaría en el triunfo revolucionario de 1959.

Pedro solo tenía 18 años cuando decidió integrar el Partido Ortodoxo, para lo cual tuvo que aumentarse la edad. Asegura que no sabía nada de política, pero que eran muchas sus inquietudes: “esta generación tal vez no pueda entender bien cómo era el país antes de 1959, la época que vivíamos era muy difícil, éramos pobres, y no veíamos la hora de que un presidente se preocupara por el pueblo; cuando Eduardo Chibás dio su programa de gobierno, enseguida me identifiqué con él.”

Fulgencio Batista da el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952. Las esperanzas de un gobierno constitucional, que respondiera a los intereses de los más humildes se vieron frustradas. “Ya para ese entonces habíamos conocido a Fidel en el Partido Ortodoxo. Él tenía una visión tremenda, una visión de 100 años. Decidimos que a Batista había que sacarlo de la misma forma en que había entrado: por la fuerza” ,comenta Pedro.

Alejandro, estaba muy enlazado con la Joven Cuba, conoció a Antonio Guiteras, luchó en el Gobierno de los 100 días, pero cuando Guiteras murió, no se vinculó a otro movimiento hasta 1952. “El Golpe del 10 de marzo fue una traición a la memoria de Martí. Después que habíamos aguantado 14 años de dictadura batistiana, un nuevo gobierno de este verdugo era muy difícil de asimilar. Fidel sabía que el pueblo no apoyaba a Batista y que por lo tanto podía luchar contra él y derrotarlo.”

En 1953, el Cuartel Moncada era la sede del regimiento Antonio Maceo en la ciudad de Santiago de Cuba, capital de la provincia oriental. Estaba ocupado por unos mil hombres y era la segunda fortaleza militar del país. Una vez tomado, las condiciones que presentaba la región les facilitaba a los rebeldes la defensa de la ciudad cuando fuera tomada, así como el rápido inicio de la lucha guerrillera si había que abandonarla.

El plan se elaboró en absoluto secreto. Solo Fidel y otros tres compañeros de la dirección del movimiento conocían de él. “A nuestras familias no podíamos decirle nada; el día que salimos para Santiago solo sabíamos que allí ocurriría un combate decisivo, pero no teníamos los detalles. Cuando Fidel dio la noticia de que íbamos a atacar el Moncada, fue una gran alegría porque sentimos que habíamos llegado a la hora cero” , recuerda Alejandro.

En la madrugada del 26 de julio, 135 combatientes, vestidos con uniformes del Ejército precisaban el plan de ataque. Se organizaron en tres grupos. Alejandro y Pedro formaban parte de la tropa principal que con Fidel al mando, atacaría la fortaleza.

Cuenta Pedro que lo más impresionante de todo fue cuando llegaron a la Granjita Siboney, donde se situaron las armas, los uniformes y los automóviles para el ataque, y vieron allí a dos mujeres: “A Melba y a Haydée las habíamos visto antes, pero nunca pensamos que participarían en una acción de tanta envergadura. Esa fue una de las cosas que más valor nos dio”.

Antes de partir a la acción escucharon las palabras de Fidel Castro: “¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertado o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse.”

Comenta Pedro que lo recuerda todo, pero que los hechos ocurrieron muy rápido, más de lo que la gente imagina. Dice Alejandro que al Moncada no fueron por guapos: “Fidel hizo una selección muy exquisita. Para luchar con él eran necesarios la disciplina, la discreción, el amor a la Patria y el odio al sistema. Era muy firme en eso, cuando veía que alguien se comportaba como un problemático o alardoso, lo dejaba de citar, porque sabía que peligraba la vida de los demás compañeros”.

Aunque los hechos no acontecieron de acuerdo con lo planeado, los asaltos al Cuartel Moncada y el Carlos Manuel de Céspedes no fueron vistos como una derrota, sino como la acción que necesitaba el movimiento para despertar definitivamente y comenzar una lucha que no cesaría hasta el triunfo definitivo.

Después del 59’ seguiría la contienda. Cuenta Alejandro: “Todo lo que hago en mi vida lo hago en nombre de los que ya no lo pueden hacer. Esa hermandad que hizo Fidel nunca se disolvió. Él nos dijo todos vamos a morir por una misma causa y eso nos hace hermanos. Solo quedamos 40, y es como una cadena que se va achicando, pero que no se rompe nunca”.

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jueves, 28 de junio de 2007

En Holguín, por un mejor tratamiento de la Ataxia

El doctor Luis Velázquez, director del Centro para la Investigación y la Rehabilitación de Ataxias en Holguín, recibió el Premio Nacional Anual de la Academia de Ciencias de Cuba, por su estudio “Evaluación funcional del efecto neurotóxico de la mutación SCA2 en la Ataxia Espinocerebelosa tipo 2”.

La ataxia, en su transmisión de una generación a otra, presenta diferentes patrones hereditarios. Uno de ellos, el autosómico dominante, posee 18 formas moleculares. La más frecuente en nuestro país es la de tipo 2, caracterizada por la presencia del gen SCA2, cuya mutación produce un daño tóxico en varias estructuras del sistema nervioso, que llevan al enfermo a una invalidez total y a la muerte.

A través de técnicas neurofisiológicas, el doctor Luis Velázquez y un equipo de especialistas, realizaron numerosos estudios a enfermos y portadores del gen con el objetivo de evaluar cómo estaban funcionando el sistema nervioso central y periférico, así como otros sistemas neurológicos encargados del olfato y el movimiento ocular.

El estudio de la enfermedad en sus diferentes etapas, es decir, en portadores asintomáticos y en otros con una degeneración avanzada, permitió describir el funcionamiento de este tipo de ataxia, su patrón de degeneración, qué estructuras se dañan primero, entre otros aspectos. Estos resultados posibilitarán un mejor diagnóstico, a la vez que constituye una herramienta muy eficaz a la hora de evaluar la respuesta del paciente a un tratamiento determinado.

Luis Velázquez, comenzó esta investigación hace alrededor de 20 años, cuando aún no existía el Centro para la Investigación y la Rehabilitación de Ataxias. La asistencia de un equipo de especialistas integrado por Gilberto Sánchez, Nalia Canales, Ruth M. Pérez, Luis Almaguer, Jackeline Medranos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como la adquisición de la tecnología necesaria, permitieron que en los últimos 7 años el trabajo fuese más intenso y se pudieran arribar a los resultados esperados.

El también especialista de primer y segundo grado en Neurofisiología Clínica, y Vanguardia Nacional de los Sindicatos de la Salud y de la Ciencia por más de 12 años consecutivos, ha recibido otros dos premios de la Academia de Ciencias. Luis Velázquez ostenta la Medalla Hazaña Laboral, la Medalla Jesús Menéndez y la Orden Félix Varela. Es, además, Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y el holguinero que acumula mayor cantidad de lauros en el Premio Anual de Salud, con 6 galardones.

viernes, 8 de junio de 2007

Otra vez en Gibara

UN RECORRIDO POR LA VILLA BLANCA DE LOS CANGREJOS

Siempre resulta refrescante volver a la Villa Blanca de los Cangrejos. Atravesar esa carretera llena de curvas y de repente descubrir el mar, no me cansa, de hecho es un ritual que estaría dispuesta a hacer todos los días.

Esta es otra Gibara, más tranquila, sin el ruido y el trasiego que matiza las calles del pueblo cuando hay Cine Pobre u otra festividad. He llegado a este lugar con propósitos informativos, no por cuenta propia, vengo acompañada con algunos colegas periodistas de otros medios de prensa en Holguín.

Entramos a la ciudad por el Túnel del Ferrocarril, una construcción de finales del siglo XIX, que había quedado sepultada entre la maleza hasta hace unos meses. Recorrimos los 150 m con el asombro que provoca ver el trabajo de los hombres, esclavos o no, en una época de escasa tecnología.

Según el arquitecto Alberto Mora Reynaldo, a la salida de este túnel se proyecta la construcción de un museo dedicado al ferrocarril que una vez existiera en esta región. Mora anunció también el montaje de un grupo escultórico, cerca de ese lugar, que recreará el encuentro de Cristóbal Colón con los aborígenes, en Gibara. Aunque se habla muy poco de la presencia de esta etnia en la zona gibareña, algunos historiadores defienden la idea de que el primer choque cultural se produjo aquí, y no en otro lugar de Cuba.

De nuevo en la carretera, nos escolta el malecón, para el que ya se están pensando unos faroles estilo colonial. El fortín marca el inicio de la etapa de la colonia. La idea es que el visitante transite por la Gibara que fue y que también es ahora, desde la misma entrada. También llegamos al Cuartelón, esa construcción de ladrillos descubiertos y arcos de medio punto, que identifican a Gibara.

Cualquiera que lo ve piensa que tuvo una época de esplendor, y que en algún momento fue un gran cuartel que sirvió de refugio a los españoles, pero no es así. En la guerra de independencia se levantaron estos muros, que servirían de defensa a las tropas españolas, sin embargo casi de inmediato se suspendieron las obras por encontrarse muy lejos de la Batería Fernando VII, y no responder a los fines estratégicos de los colonialistas. Quedaron las paredes, para orgullo de los gibareños.

Esta vez el sol cae como queriendo pulverizar a los mortales, y el mar está ahí, irónico. Seguimos el camino. El próximo punto es Gibaravisión, uno de los telecentro municipales que se han construido en la provincia. Hay una cámara esperándonos a la entrada, y nosotros debemos ignorarla, como hacen los buenos artistas, siempre se ve muy mal cuando desde el televisor alguien nos mira cuando se supone que no debe hacerlo.

Dice Carlos Sánchez López, director del telecentro que aún falta un poco de experiencia en sus trabajadores, pues en su mayoría no sobrepasan los 25 años, no obstante, el ímpetu y las ganas de hacer compensan cualquier falta de erudición o destreza. Para su labor disponen de cuatro cámaras, dos de exteriores y dos de estudio, y con un AVI de 52 horas de grabación. El propósito es reflejar el acontecer político, social y cultural del municipio. Según las investigaciones, la programación del telecentro es una de las más vistas por el gibareño.

La cámara nos sigue, veo caras, algunas conocidas, de personas que estudiaron conmigo en alguna parte. Este telecentro ha venido a convertirse en un aliciente del fatalismo geográfico; gracias a esta idea, estos jóvenes no tienen que abandonar su tierra para hacer lo que les gusta, pueden crecerse aquí mismo, y contribuir al desarrollo del municipio desde un frente común.

El telecentro está ubicado en una elevación, por eso cuando salimos nos sorprende un paisaje de casas en miniatura y un mar a lo lejos, que algunos ignoramos al inicio. Llegamos aquí por Independencia, la calle principal de Gibara, y nos vamos por la nueva escalinata que recorre las laderas de esta meseta. Nos cuenta Porfirio Suárez, primer secretario del PCC en la provincia, que el 8 de marzo se aprobó la confección de esta larga escalera, y que ya el día 12 de ese mismo mes se puso el primer bloque.

El 15 de abril, durante la celebración del Festival de Cine Pobre, se encendieron las luces y se inauguró la escalinata. “El apoyo popular fue lo que hizo posible que la obra se llevara a cabo” nos comenta Porfirio, y agrega que el mayor porciento del material utilizado es de piedra y piezas de prefabricado que estaban en desuso.

Volvemos a la guagua, donde nos espera un calor más intenso aún. Una carretera de polvo y mangle precede uno de los objetivos más importantes de nuestra visita: El Parque Eólico de Gibara. Tenía en la cabeza el retrato quijotesco de los molinos de viento, algo muy predecible, pues es lo más parecido a un parque eólico de las imágenes que guardo.

Cuando llegamos, Luis Romero, especialista de la ECOI 9, nos explicó que ya se terminó el ensamblaje de los cimientos donde deben instalarse los seis aerogeneradores, y que a mediados de este mes se transportarán las aspas y los tramos que forman la columna, desde el Centro de Carga en Holguín. La instalación de cada aerogenerador puede tardar de tres a siete días, por lo que se espera que cercano al 26 de julio ya se puedan realizar las primeras pruebas.

La ventana de nuevo me descubre el mar. Llegamos al Centro de Artex y también a la Batería Fernando VII, la primera construcción de la Villa. Los españoles la hicieron para proteger la bahía, del contrabando y los ataques de corsarios y piratas, ahí comenzó la historia, y terminó nuestro viaje.

La ciudad se fundó el 16 de enero de 1817. Siguen pasando los años, y Gibara emerge del paso del tiempo y la corrosión del salitre con una fuerza impresionante, debe ser por el amor que ponen en ella sus moradores, y quienes no somos de aquí, pero la queremos bien.

martes, 8 de mayo de 2007

En Gibara: Adela Legrá más allá del encuadre


Una intensa mirada, sombrero y toalla en la cabeza. De un golpe viene a la memoria la imagen de Adela Legrá, protagonizando uno de los fotogramas más impresionantes del cine cubano. No la hicieron dudar entonces ni la cámara, ni sus prejuicios, tampoco sus reducidos conocimientos de actuación. Hoy, a la luz de los años todavía guarda el ímpetu que la llevó a encarnar a la Manuela, la tercera Lucía, y otras tantas mujeres.

Adela, cuando la gente visitaba Baracoa, la buscaban para fotografiarla. Humberto Solás llegó con un proyecto mucho más ambicioso. ¿Cómo la convenció?

“Picando mi amor propio. Cuando eso yo trabajaba en la Federación de Mujers Cubanas (FMC), un día me fueron a buscar, me explicaron el proyecto, y me dijeron que yo era la persona indicada. Lo único que les respondí fue que no estaba para pintarle mono a nadie. Nunca había visto una cámara de cine, era semianalfabeta, tendría un primer o un segundo grado.

“Humberto ya había recorrido toda la Isla y no encontraba lo que estaba buscando, y cuando le hablaron de mí le dijeron para que ella haga lo que usted quiere, tiene que picar su amor propio. Fue entonces que me interpeló y me dijo: vamos a ver si Ud. se atreve a hacer una prueba para una película. Yo me ofendí, lo creí un fresco y le pregunté si las mujeres que hacían cine eran sobrenaturales o de carne y hueso igual que yo, él me explicó que eran profesionales. Yo le contesté algo así como que no hay nada en la sociedad que haga útil a una mujer que sea imposible para mí, no hay nada distinto, de mujer a mujer no va nada. Y así fue como entré a este mundo.”

Besarse con un hombre desconocido, o acostarse en una misma cama con él eran prejuicios muy fuertes para Ud y para su familia. ¿De qué manera asumieron ellos su decisión?

“Eso era una inmoralidad. El problema es que yo en esa época estaba recién divorciada, lo cual ya era un grave error para mi familia. Encima de eso me meto a artista, así, artista en tono despectivo, porque en aquel entonces para la sociedad cualquiera mujer u hombre que tuviera algo que ver con el arte, no servía. No obstante yo soy fresca y atrevida, ya había roto una tradición, pero no estaba dispuesta a sacrificar nada, y me dije bueno o malo esa es mi decisión, y toda mi familia se viró, incluso mi madre. Un buen día llego a Santiago y mi mamá tenía una foto mía con flores y todo. Con el tiempo necesitaron de mí y no tuvieron más remedio que perdonar a la artista.”

Hay escenas muy conmovedoras en Manuela, en una de ellas está llorando realmente…

“Es que yo nunca me había separado de mis hijos, ellos vivían con mi suegra, pero yo iba todos los meses a verlos, y en ese momento ya llevaba como tres meses sin saber nada de ellos. Un día, mientras todo el mundo estaba en el lío del almuerzo, en su descanso, yo me fui y me senté a la orilla de un arroyuelo a llorar, porque los extrañaba mucho. Humberto me andaba buscando, y me encontró así, recostada en un árbol a la orilla del río. Casualmente en la película había una escena muy parecida a esa, y lo preparó todo para grabarme. Cuando me di cuenta ya Humberto me estaba diciendo que me quedara así mismo, y ahí salió todo. Al otro día me pusieron un carro y me llevaron a verlos.”

Hace unos años fue homenajeada en el Festival de Cine de Nueva York, donde se proyectó este filme, junto a Lucía y Miel para Oshún ¿Cómo se sintió?

"En la ciudad todavía se estaban recogiendo los escombros de las Torres Gemelas. Le hicieron un homenaje a Adolfo Llauradó post mortem, a Humberto y a mí. Aquello fue impresionante, porque había mucha gente que había visto Manuela en Cuba cuando eran niños, y ahora la veían allá, siendo adultos. Era como regresar, la nostalgia fue muy grande. Hay gente que se va de aquí buscando el sueño azul y después no pueden volver, era el caso de mucha de las personas que estaban allí. Lo que vi fue un llanto de dolor intenso y aquello me impresionó mucho."

¿Cuáles son las escenas que más trabajo le han costado en su vida como actriz?

“Una es la escena de Lucía en que estoy en la Luna de Miel con Llauradó. Fue muy difícil por todos mis prejuicios. Esa fue la última en grabarse porque yo no la quería hacer. Humberto me decía, si no la haces vas presa porque sin eso la película no va salir.

“La otra es la de la famosa foto con la toalla y el sombrero. Estábamos muy cansados porque habíamos pasado una noche malísima. Para colmo Humberto quería que yo estuviera sofocada para esa toma, y me puso a correr de un lugar para otro, pero eso no lo complacía. En una de esas me puse muy furiosa, eran las 12 del día, en una salina, con hambre, sed, y le digo a Humberto, ¿tú quieres que yo corra?, pues me quité unas botas que traía y salí corriendo descalza. El director de luces dijo, señores hay que seguirla, porque esta mujer está medio loca, y salieron detrás de mí en un carro. Pero llega un momento en que me desmayo, y en vez de caer con los pies para el agua, caigo con la cabeza; si alguien no hubiera venido detrás de mí, me habría ahogado. Ahí es cuando tienen que ponerme una toalla encima del sombrero para que no se vea el pelo mojado, y es cuando le lanzo una mirada de odio al director. Después Humberto no se atrevía ni a acercarse."

¿Qué significa Humberto Solás para Ud?

Él me dice que yo soy su hada madrina, y yo que él es mi amuleto. Para mí Humberto lo significa todo. Decir Humberto y la Revolución son las dos cosas que más significan para mí.

viernes, 13 de abril de 2007

Una semana de abril en Gibara

Una vez vi un mar de aguas mansas en un día claro. El sosiego que producía en mí era enorme. Ese día, cuando entré por primera vez a la Villa Blanca de los Cangrejos, evoqué la imagen que una vez vi, no sé donde, pero tuve la sensación de haber estado allí antes.


Participaba en esta historia como parte del equipo de realización de las memorias del primer Festival Internacional de Cine Pobre. Serían entrevistados sobre todo las figuras más significativas de un nuevo arte de vanguardia.


La ventana del carro me descubría una ciudad increíble, los barcos, el malecón, la gente, el cine. Sobre todo un cine que no parecía pobre, acababan de restaurarlo para la ocasión.


El pueblo era muy diferente a como lo encontraría meses después en un contexto más cotidiano. Proliferaban por doquier los vendedores y otra gente que justificadamente no encajaba en el panorama. Un aire diferente, algo descuidado e informal vestía sus ropas y su andar. Los habitantes se mostraban hospitalarios. Gibara era una gran casa, repleta de cineastas de todo el mundo y el pueblo quería ser parte de eso.


Llegamos a casa de Berta, la gibareña que acogería a algunos de nosotros durante esa semana. Allí pasamos muy poco tiempo, no queríamos perder ningún detalle del Festival que se movía de la Casa de la Cultura al Cine Jibá.


“Cine pobre no quiere decir cine carente de ideas o de calidad artística, sino de restringida economía, ejecutado tanto en los países de menos desarrollo o periféricos, así como también en el seno de las sociedades rectoras a nivel económico-cultural, ya sea dentro de programas de producción oficiales, ya sea a través del cine independiente o alternativo.”


Así le habló Humberto Solás a la gran multitud que asistió a la inauguración, conmovida ante el hecho de que uno de los grandes cineastas cubanos, escogiera a Gibara como escenario de lo que por esos días sería el evento cultural más importante del país, aunque así no lo reflejaran los medios nacionales.


Los días pasaron entre una pantalla grande, mariscos, y arrecifes. Primero voz e imagen de Humberto Solás, presidente del festival, en el encuadre, donde también aparece la sala de Nancy, la gibareña con más gracia para hacer café. Luego Thomas Krempke, director de fotografía y avezado teórico en materia de realización digital; también la afable Adela Legrá, con su pamela y su sonrisa sincera, junto a Isabel Santos.


En una semana de abril, en un lugar llamado Gibara, Aurora Basnuevo, Mario Limonta y Arturo Sotto, compartían una cerveza con sus admiradores, con los que viven en el anonimato.


El ciudadano de a pie, no estaba muy convencido de lo que era conceptualmente el cine pobre, sin embargo abarrotaban los cines, y daban su opinión en la calle. Los misterios del sexo y quizás la tendencia de un gran número de películas cubanas de la década del 90’, hizo que buscaran las cintas que más escenas de este tipo exhibían. No por gusto “La novia de Lázaro” del español Fernando Merinero alcanzó el premio de la popularidad.


Luego ¡Gran Premio al Mejor Guión Inédito, a la mejor obra de ficción ex aequo, al Mejor Autor Autodidacta de Latinoamérica y el Caribe, Premio a la crítica y Gran Premio Cesare Zavattini al Mejor Documental! Así llegaba a su fin esta primera vez.


Ya el Festival celebra un lustro. El filme francés Suzanne, de la directora Vivianne Candas inaugurará esta V edición en la noche del 16. Comienza otra semana de abril en la que un séptimo arte alternativo, pobre de recursos, pero rico en ideas, inunda Gibara.

miércoles, 11 de abril de 2007

Pinceladas de Julio César en Holguín

Hallazgos de un velador es el nombre de la muestra personal que exhibe el joven artista plástico Julio César Rodríguez en el museo provincial La Periquera de la ciudad de Holguín.

Las 16 obras de esta exposición nos conducen “hacia ese lugar desconocido o ignoto del hallazgo”, como expresa el poeta José Luis Moreno, en el catálogo de la muestra. Comenta además: “Desde la fronda criolla nacen en la imaginación develada estas piezas, en ocasiones con la favorecida necesidad insular de estar rodeado de agua por todas partes, no con el fatalismo piñeriano, sino con la consagración bautismal de la unción contra el imperfectamente llamado pecado original”.

En el mes de enero la colección estuvo expuesta en el Museo de Arte Colonial de la Ciudad de La Habana. Esta no es la primera vez que la capital se ofrece como escenario de su obra. El Convento de San Francisco de Asís, el Gran Teatro de La Habana y otros espacios galéricos de la urbe han servido a este propósito.

La raíz compartida, El vuelo de las palmas nacidas, La virgen de la piedra, La fuga del telón desnudo y La nuez encubierta revelan el quehacer del artista en los inicios de este año 2007. En Hallazgos de un velador se destacan el óleo sobre lienzo, aunque utiliza otras técnicas como son el carboncillo, el pastel, y el lápiz graso.

La obra de Julio César nos emociona no sólo por la técnica de un dibujo convincente, en trazos de firmes realidades que asocia a una bullente ilusión (…) paseándose en particular lenguaje poético, de fácil credibilidad, pero acompañado de novedosas añoranzas o quimeras, de una técnica donde todo se renueva, se recrea” ha expresado Moreno en esta ocasión.

Cuerpos de madera, palmas cubanas, aves, ojos y manos, hacen de su arte un discurso simbólico, en el que se representa a sí mismo repetido en diferentes contextos.

Julio César Rodríguez este año mereció el Premio de la Ciudad, con su obra "La Dama Azul", que también se incluye en la exposición. También le han sido otorgados el Premio Venga la esperanza, de la Asociación Hermanos Saíz, el 2003; el segunfo Premio en el Salón 460 Aniversario en el 2005, entre otros.

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viernes, 6 de abril de 2007

Pincel, natura y poesía: Nélida López en Holguín

...quizás por eso Walt Whitman
podía explicarse el origen de la vida
a través de una simple
hoja de hierba...
Con la inauguración de la muestra Donde nací, de la artista plástica Nélida López asistimos por estos días en el Centro de Arte de Holguín, a lo que el poeta Gilberto González Seik definiera como "el punto de encuentro, donde natura y poesía nos hacen vivir lo que todavía no existe".

Nélida, es graduada de la escuela Taller de Artes Plásticas Juan J. Fornet Piña de Holguín (1962-1966) y de la Escuela Nacional de Arte de La Habana (1966-1968).

Vuelve a Holguín con este conjunto que reúne piezas de las series "Desde Madrid" y "Estaciones", en las que la artista evoca desde sí misma la temática de la naturaleza, muy recurrente en toda su obra.

Al respecto expresa: "Yo nací en el campo, provengo de una familia muy humilde. El hecho de vivir en la ciudad ha provocado que desboque en mi obra el tema de la naturaleza. Tiene que ver con el desarraigo, la nostalgia del lugar de donde vengo. Es una manera de lamentar el hecho de que vivo en el asfalto, con tendederas y antenas de TV, en vez de árboles."

Obras como Agua en la quebrada, Estoy ligada al suelo, y Sobrevivir al invierno explican esa "otra visualidad" de la que habla el poeta, en la que "la línea y el color se corresponde con esos ámbitos vividos y soñados en ese entorno físico y espiritual que nos ha tocado vivir".

Nélida ha expuesto en la Galería Acacia, el Centro Wilfredo Lam, la Fototeca de Cuba y el Museo de Bellas Artes de La Habana. Entre sus exposiciones internacionales más reconocidas se encuentran Dibujo Cubano, en Estocolmo; Pintura Cubana, en Sevilla; y Hidden Art of the Revolution, en Toronto, entre otras.

La también miembro de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba recuerda que la pintura fue algo que siempre la acompañó. No hubo un momento en su vida en el que tuviera que decidirse por ella.

Ahora en su expo personal sigue apostando por el lienzo como soporte de sus emociones. “En mi obra, dentro de los temas de la naturaleza, se advierten la depredación, la destrucción. Es muy simbólica, utilizo mucho troncos cortados, pero también ramas truncas que se vuelven a unir, porque sí, hay un mensaje de esperanza”.

viernes, 30 de marzo de 2007

Los exóticos en la geografía holguinera

Aracelys Avilés Suárez
Fotos: JPablo

Debo admitir que no me llevo muy bien con los animales, casi nunca los entiendo. Si además de eso tienen nombres tan extraños y divertidos como antílope nilga o wapití, la desconfianza es mucho mayor. Aún así disfruté la visita a la finca Los exóticos del Parque Nacional La Mensura, en Pinares de Mayarí, donde en un área de 422 ha., nacen, habitan y mueren, cuatro especies de animales nada usuales a la vista de un cubano.

El safari comienza. Se pierde la vista en el paisaje hasta que descubrimos la primera manada. “Estos se llaman gamos o damas damas. Son originarios del sur de Europa” explica Norge Torres Díaz, jefe de Unidad Zonal de Conservación del Parque Nacional La Mensura. El gamo pertenece a la familia de los cérvidos; su pelaje de colorido variable, es más oscuro en invierno; y su cola es muy larga en comparación con la de otros de su especie.

Según las investigaciones, el gamo evolucionó a partir de un ciervo enorme con las astas palmeadas como las suyas, que existió en épocas prehistóricas. Vivía en tierras de Irlanda, Inglaterra, el norte y centro de Europa y el oeste de Asia. Fue contemporáneo con los primeros seres humanos y se extinguió hace 11 mil años.

En un claro encontramos a las gacelas de las praderas africanas que se dispersan ante el ruido del auto. Aún así, se les puede mirar de cerca si la fotografía está de por medio. Quedan inmóviles en el lente de la cámara, como si en un recuadro se pudiera detener el tiempo. Muy lejos de nosotros siguen corriendo. También se espanta el antílope nilga, aunque su área está restringida a unos cuantos metros a la redonda. El nilga se está introduciendo ahora, vino desde las lejanas tierras hindúes, y aún se acostumbra al entorno de Pinares.

La Finca Los exóticos tiene como misión fundamental el desarrollo y conservación de estas especies. En otra área hay varias cabañas habilitadas para el alojamiento, no solo del turismo internacional, sino también para las personas que visiten la entidad en los meses de verano. Un restaurante al aire libre, un mirador y una piscina natural distinguen, además, el lugar.

Comenta Norge que el wapití es el animal más renombrado por aquí. En 1988 se introdujeron las primeras especies. Es endémico de Canadá, y en Cuba solo existe un ejemplar en el Zoológico Nacional y 12 en esta Finca.

Es un mamífero muy singular. Un macho adulto puede medir hasta 1,5 m a la altura de la cruz, pesar unos 340 kilogramos, y tener astas de 1,2 m de largo.

Al igual que el gamo, muda la cornamenta en marzo, se reproduce en junio y presenta celo en octubre. Explica Norge que en ese mes suele fajarle a quien se le acerque, de ahí su mala fama. Pero en realidad el wapití es un animal manso, acostumbrado a vivir en solitario o en grupos pequeños, sobre todo los machos que sólo se unen a los rebaños de hembras, jóvenes y crías durante la época de celo.

El cuidado de estos animales exige sacrificio, sobre todo porque estos ejemplares habitan en semicautiverio, y son muy esquivos al contacto humano. La paciencia es un don para quien se dedica a esta tarea. Llamar, brindar comida, esperar a que se aproxime, es un ritual indispensable si se quiere lograr algún acercamiento.

El número de ejemplares fluctúa. Según Norge hubo una etapa en la que en tres años, lograron un incremento de 134 animales de todas las especies. En este lugar no se permite la caza, cuando el número de prototipos excede el debido, se envían a otro sitio. La conservación del ecosistema es otra labor de envergadura, a ella se dedican 68 obreros. Además se ejecutan 13 proyectos con ese mismo objetivo.

La calma reina en la Finca, aunque en sus adentros un pedazo de cada continente recorre los parajes de la meseta de Pinares. Los Exóticos están ahí, en otra la geografía que les ha tocado por morada.