viernes, 24 de julio de 2009

El adiós de los graduados

Una crónica sobre las graduaciones en Holguín...


Hace poco supe que mis padres no tuvieron acto de graduación. Por una razón u otra no se vistieron de aro, balde y paleta para recibir el título universitario de manos de sus padres o de alguno de sus profesores. Al momento, me pareció inconcebible, quizás porque para mí es muy importante guardar en la memoria “los últimos momentos de algo”; por ejemplo, en las graduaciones sabes que verás a tu grupo de cinco años unido por última vez, que toda esta generación de jóvenes se dispersará y en un futuro verás a uno con uniforme de ETECSA y carpetica de empresario, a otra detrás de un mostrador, a otro al abrir la puerta de una oficina, pero juntos, en una misma plaza, como en los matutinos, esta será la última vez.

Sin embargo, el acto de graduación es mucho más que un tesorero de últimas cosas. La entrega del diploma, el momento justo en que alguien dice por el micrófono “y ahora los graduados recibirán el título”, parece como el final de una gran ola que comenzó hace un lustro. Es el momento catártico, el instante de ruptura –por lo menos para la mente humana- entre una etapa y otra. Los más sensibles derramarán lágrimas, los más desenfadados, tomarán el título, recibirán los abrazos como si fuera cosa de todos los días, pero siempre habrá ese escozor, ese pálpito del momento justo en que ya te puedes decir graduado. Así es el ser humano, necesita delimitar en el tiempo, por eso inventó los calendarios, la celebración de cumpleaños; necesita ceremonias para pasar de un estado a otro. Es por ello que los actos de graduaciones son saludables, psicológicamente ayudan a desprenderse de una época y a prepararse para otra.

En el último mes, más de 4 mil 500 jóvenes en la provincia asistieron a su acto de graduación. Cada vez son más por año: en la Universidad Oscar Lucero Moya, aumentaron de 849 en el 2008 a mil 415, en este julio; en el Instituto Minero Metalúrgico de Moa, de 605 a 890. El Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero (1 328), la Facultad de Cultura Física Manuel Fajardo (692), la Universidad de Ciencias Médicas Mariana Grajales (208) y la Filial del ISA en Holguín (10), mantuvieron la misma curva con respecto a cursos anteriores.

Cada uno llegó la mañana citada, con el mejor traje y una retahíla de familiares detrás. En ese momento la plaza, el teatro o el lugar del acto se convierte en un mapa de “orientación social” para quien no conozca a la generación que se gradúa. Por ejemplo, se pueden ubicar los más sobresalientes entre los graduados porque los títulos de oro se sientan en filas aparte; se puede, además, situar cuáles son esos dos amigos o grupos de amigos que caminaban juntos por los pasillos, porque los estudiantes se sientan por afinidad y como en clases, comentan, sonríen.

Pero el acto no es revelador solo para los desconocidos, los propios egresados se descubren entre sí. Después que el locutor con voz engolada menciona al mejor graduado en deporte, o en cultura o en investigación, alguien dice: “yo veía a ese muchacho por ahí, pero nunca pensé que se destacara en algo”. Así, el chico que andaba callado, que nunca llamó la atención, se dibuja en la memoria colectiva como un héroe o algo parecido. De repente, ves a los que nunca habías visto, porque a los ojos de la cotidianidad todos pasaban inadvertidos –tan metidos en nuestra rutina estábamos que solo ahora en un contexto diferente, bajo la mirada melancólica de la última vez, percibimos a los que siempre estuvieron cerca.

Después llegan las fotos. Las clásicas; con mami y papi, con los profes, con el grupo; y las de relajo, con todo el que se aparezca. Son importantes las imágenes. Al cabo del tiempo casi no se recuerda el acto de graduación, sino los años de universitario, pero uno casi nunca tiene fotos saliendo del aula, o conversando en un banco de la plaza, son estas imágenes del acto, las que te hacen evocar esos otros momentos, al parecer menos trascendentales, y es la hora de preguntarse: ¿qué se habrá hecho fulanito? Y vienen las historias, no del acto, sino de un día cualquiera de clase.

Aún así, aunque se olvide con facilidad, aunque al paso del tiempo no sea tan importante, no aconsejo a nadie ausentarse a su acto de graduación. Es bueno desbocar las emociones, para sentir menos nostalgia luego, es como para no dejar cuentas pendientes con uno mismo y con una época vivida.

Delante nos espera un futuro incierto, pero solo de esta manera, ese porvenir se hará más corpóreo: despidiéndonos del pasado, aunque aún ni el acto de graduación parece suficiente, porque al salir, todos caminan volteando la cabeza.

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domingo, 31 de mayo de 2009

En Holguín los niños comprarán caramelos

Foto 1: Kamila en su casa.
Foto 2: Kamila lee un libro.
Foto 3: Kamila va al Círculo Infantil con su abuela.

Ishtar habla a la cámara. “Ojalá mi país no tuviera petróleo”- dice, y estremece a los espectadores la conciencia prematura y forzada de esta pequeña de apenas siete años, sobre las condiciones políticas de su país. La geografía irakí y la ambición de los hombres han determinado un destino siniestro para ella.

En otra latitud, Centroamérica, Manolito amanece más temprano. Debe salir a buscar el sustento de su familia. No estudia en una escuela, pero sí conoce bien el precio de los alimentos que debe comprar cada día. Aprendió a sumar a la fuerza, porque debía contabilizar los centavos que recibe por trabajo forzoso o por limosna.

La muerte de Jhonny y otros compañeros de su aula es noticia en un poblado cualquiera de Estados Unidos. Nadie sabe de qué manera una balacera enorme cayó sobre su cuerpo diminuto, apenas en crecimiento.

Kamila, una niña de cuatro años llora porque su madre ha tenido que salir, pronto se calma, porque abuela y otros de la familia la miman. En estos días no para de hablar de unos payasos que vio el sábado. Está creciendo fuerte. Por las tardes sale a jugar con un vecinito que vive al lado, se sientan en el portal con libros y lápices de colores, y pintan. Kamila vive en Cuba, lejos de la capital, en una ciudad llamada Holguín.

Ella tendrá casi los mismos recuerdos que tuve yo en mi niñez. Era poca la conciencia que tenía del mundo, no me hacía preguntas complicadas, era delicioso vivir llevada y traída en brazos. Me encantaban los juegos en la calle, con los chicos del barrio, después de la comida “las palmetas”, “los yaquis”, “la suiza”. Me entretenía mucho y siempre tenía que darme un baño antes de dormir.
Recuerdo que mami me llevaba a funciones de teatro, y me compraba libros, me encantaban los libros, nunca fui destructora de juguetes y menos de mis libros. Me leí muchas veces “Pipa Medias Largas”, o la “Edad de Oro” de José Martí, de ahí me encantaban dos cuentos más que otros: “Bebé y el Señor Don Pomposo” y “Meñique”.

Fue muy buena mi niñez. No me gustaban mucho los domingos, eran los días de las visitas, y yo siempre halaba a mis padres de la ropa para irnos pronto, y me regañaban porque querían conversar con sus amigos.

Ah!! Los muñes, me encantaban los animados, aún me río con los chistes de Elpidio Valdés, en el pre-universitario nos dormíamos imitando a los personajes de Elpidio, a Resoples, a María Silvia. Hace poco grabé en un CD el muñe “Los músicos de Bremen”, la versión rusa o polaca, y lo veo a cada rato.

Mis únicas preocupaciones eran las tareas de la escuela y meter un buen punta pié a la pelota en los juegos de la tarde con los compañeros del aula.

La vida de adultos es más complicada, pero espero que mis hijos tengan los mismos recuerdos que yo, o al menos, parecidos. Supe de la realidad de Ishtar, Manuel y Jhonny, mucho tiempo después, hoy, cuando nada me es indiferente.

Celebro el día de la Infancia en Cuba, este primero de junio. Los niños comprarán caramelos e irán al parque.


viernes, 29 de mayo de 2009

En Holguín: Dibujar montañas

(Crónica a propósito del aniversario del Plan Turquino-Manatí)
Orlando quiere estudiar pintura en la Academia de Artes Plásticas “El Alba” en la Ciudad de Holguín. En otro momento el fatalismo geográfico habría convertido su sueño en una quimera, pero no es así hoy. La única diferencia entre su carpeta de dibujos y la de los demás, el día de las pruebas, es que sus trazos formaban palmas, ríos, montañas, y la del resto de sus compañeros, edificios, automóviles y humo.

Orlando llegó desde El Quemado, el poblado donde nació y vive, en Sagua de Tánamo. Caminaba inseguro, todos lo miraban y él los miraba a todos. Se sentó en una esquina a esperar su turno y alguien se acercó: ¿me puedo sentar contigo? Sí, claro- respondió. Jorge era de la ciudad, no parecía un chico de campo como él, hablaba y se vestía de un modo distinto. Orlando, espero unos minutos, pensó que no tendrían temas de conversación.

De pronto Jorge mencionó un problema con una computadora, un software y ahí mismo surgió el diálogo. Hablaron también de cine, de literatura, de música y terminaron mencionando los mismos libros, las mismas películas, las mismas canciones.

A Orlando le gustaban los animales, el aire puro de la serranía, pero siempre pensó que las lomas que lo vieron nacer, de tan altas no le dejarían ver más allá, o que más allá de las palmas había un mundo que nunca podría conquistar. Se equivocó el día en que conversó con Jorge, un adolescente como él, y lo sintió tan cercano como a su vecino.

No advirtió entonces que su triunfo personal en la jungla citadina, formaba parte de una experiencia colectiva que no solo lo incluía a él, sino a todos los que vivían cerca, en su Comunidad y en tantas otras zonas montañosas de Cuba.

El próximo 2 de junio se cumplen 22 años de un Programa creado, justo para la atención integral a zonas montañosas. Turquino-Manatí es su nombre. Orlando lo conoce, pero quizás ha estado muy ocupado dibujando a su instructora de arte en el aula, o al médico que atendió a su madre hace poco, o a un grupo de teatreros que llegaron un fin de semana cualquiera. Orlando todo lo registra con el lápiz y ahora enseña su carpeta a los profesores de su futura escuela.

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miércoles, 13 de mayo de 2009

Romerías de Mayo: Todo el mundo en la calle

Fotos: Amauris Betancourt

(Este trabajo lo escribí en conjunto con mis colegas Lenadro Estupiñán y Maribel Flamand. Es un resumen de todo lo que ocurrió en Romerías)

“Las Romerías iniciaron el dos”, le dijo una pionera de primaria a su madre, e inmediatamente siguió contándole en qué consistían, qué pa
saba y cuándo se acababa la fiesta. La madre miró al costado y se sonrió como diciendo: “Así son los niños”. Iban por la acera rumbo al centro de la ciudad. El lugar era un hervidero. Durante la noche había sido peor. El parque Calixto García se repletó con una multitud que escudriñaba los animales realizados por el artista José Emilio Fuentes. Algunos lo tocaban intentando averiguar si eran de metal y no de un material suave relleno con aire.

A pocos metros de allí, en el Centro de Arte, recinto principal de Babel, seguía abierta la expo bipersonal “Vértigo²”, con esculturas de Agustín Bejarano y los dibujos cromados de Rafael Pérez Alonso. La obra del ecuatoriano Fernando Coral Dueñas, los pequeños grabados de Jeffrey Walter Stellick y las “Cartografías disidentes”, del curador español José Miguel Cortés, completaron el programa. Muchas permanecerán allí unas semanas más.

El Grupo Vórtice y Dayamí Rodríguez compartieron las calles con “Vacutainer”, un neologismo que identifica a jóvenes preformistas holguineros, liderados por Frank Hidalgo, e hicieron 16 presentaciones en total. Ha sido muy difícil distinguir entre performance y teatro callejero. La Compañía Mirón Cubano, de Matanzas; Morón Teatro, de Ciego de Ávila; y GRITÓN, de Honduras, complicaban a los transeúntes con sus trajes exóticos y su manera de abordar el espacio. En el Ismaelillo, Teatro El Público hizo de las suyas.
CORTOS, DOCUMENTALES, PANTALLAS EXTERIORES

Sobre cuatro pantallas alrededor del Parque Calixto G
arcía se proyectaron filmes cubanos, las últimas Muestras de Nuevos Realizadores y la del Festival La Boca del Lobo. Javier Muñiz es el director de este certamen madrileño que llega para promover el trabajo de realizadores de geografías diversas. Se pasa buena parte del tiempo metido en Las Tres Lucías donde sesionó La Cámara Azul, sección para el audiovisual que atrajo a realizadores españoles, canadienses, cubanos y a Sergio Iván Trujillo, agregado cultural de México en Cuba (el único azteca presente, pues la delegación no llegó por la influenza A H1N1).

El desfile de clausura hasta la parte moderna de la ciudad (los 18 plantas) empezaría en la noche, un poco antes de redactar estás líneas. Desde allí se lanzaría la convocatoria para la venidera edición y se terminaría izando el hacha hasta la cima del edificio. Algunos de los músicos toca
rían después. Antes, habían llenado espacios diversos: el Jazz Club, La Casa de Iberoamérica, el Caligari.

NOVENA SINFONÍA, JAZZ, ROCK Y TROVA


El proyecto “Trovuntivitis” protagonizó las descargas que alternaban entre la Casa de la Trova El Guayabero y la Casa de la Música. Roly B
errío y sus colegas transplantaron el ambiente de “El Mejunje” en Santa Clara. “Ennfusión”, de La Habana, y “Jade”, de Ciudad de La Habana, convergieron con el movimiento de trovadores jóvenes aquí, protagonizado en la Fiesta por “Oscar Sánchez y los Kñengos”. Los trovadores Augusto Blanca, Norge Batista y Fernando Cabrejas armaron un buen homenaje al trovador Ramiro Gutiérrez, quien interpretó t7 temas nuevos y antológicos en un clima de nostalgia y amable reciprocidad.

La Gala Homenaje a Montreal, ciudad a la cual se dedicó esta edición, fue propicia para que delegados extranjeros expresaran su agradecimiento a las Romerías en el Ismaelillo. Alexis Triana, Presidente de su comité Organizador, les entregó una réplica del Hacha de Holguín. En el escenario, se presentaron Gaby et les Monzú, Doris y sus Robertos, el Grupo LAL, Lorraine Klaasen, y el trío de brasileños integrado por Vander Lee, Mauricio Ti
zumba y Regina Souza, entre otros. Vic Vogel se presentó en el Jazz Club con su agrupación. Allí, trabajaron también los jóvenes del Festival Jojazz.

Aunque la música de concierto no tuvo espacios habituales, logró una noche notable, sólo empeñada por las contrariedades del audio. El Maestro Enrique Pérez Mesa (director de la Orquesta Sinfónic
a Nacional) guió a la Orquesta Sinfónica de Holguín, junto a más de 60 estudiantes y a unos 10 músicos invitados, durante la interpretación de la Sinfonía N.9 opus 125 coral, de Beethoven, 185 años después de su estreno. El espectáculo fue posible también por la participación del Orfeón Holguín y el Teatro Lírico Rodrigo Prats, dirigidos por María Fernandina Aldana y Concepción Casals, respectivamente.

RAÍCES Y ABRAZOS COMO SUSTENTO

El evento Raíces se adueña de un espacio entre el Mural Orígenes y el parque de Las Flores. Desde su discreción, continúa confirmándose como el sustento de todo cuanto ocurre en esta fiesta de la diversidad y las tradiciones. Danzas africanas y españolas, ritmos nuestros como el changüí y la rumba, culturas foráneas que con su influencia enriquecieron la nuestra confluyen en este espacio para reafirmar que “no hay hoy sin ayer”, como justamente anuncia el eslogan.

Orlando Arzuaga, director de Raíces, afirma que va siendo tiempo de que el espacio alcance el protagonismo que merece y para ello asegura que a partir de su próxima edición contará con un momento teórico donde se dialogue en torno a todo cuanto ocurra en esta escena.

Unas cuadras más al Sur, ni los límites continentales ni las barreras idiomáticas fueron impedimentos para que la integración germinara como el gran fruto de La Fiesta de los Abrazos. En su VI edición, el parque José Martí, sede habitual, recibió a delegaciones de nuevos países participantes como Etiopía, San Vicente, Trinidad y Tobago, Guatemala, Uruguay, Guyana y Mali.

EN EL RECINTO FERIAL

Este año, la Feria de Artesanía, de carácter comercial, consiguió otro récord de asistentes con la llegada de 51 artistas de 9 países. Perú es la nación más representada. Le siguen Guatemala, España, México, Costa Rica, Ecuador, Siria, Venezuela y Colombia. También se sumaron 14 artistas independientes de la Isla, y filiales de cinco provincias mantienen sus espacios expositivos.

Los artesanos participantes aprovechan el momento para intercambiar y para observar las novedades que trae cada cual. Los desfiles de moda suceden cada tarde a las seis y hoy estará dedicado a los niños. Mañana cierra un concurso convocado, a propósito de la celebración por el día de las madres.

En el propio Expo Holguín sesiona el Premio Memoria Nuestra, encuentro teórico que colmó dos salas: una para los trabajos que optaban por el Premio y otro para las mesas diálogos, donde se escucharon intervenciones trascendentales. Pasaron por allí, el brasileño Wagner Becerra, Martín Sánchez, periodista del diario argentino El Clarín, la investigadora Virtudes Feliú y Jorge Juan Lozano, de la Sociedad Cultural José Martí, entro otros muchos. El evento, que no contó con todas las personalidades anunciadas, comenzó con una viva y personal conferencia del Doctor Rigoberto Segreo y terminó ayer con otra de la realizadora Lissete Vila. Ambas ratificaron la esencia del evento: el intercambio de ideas de manera crítica para azuzar la reflexión.

Aún cuando el transporte sea uno de los principales contrarios a esta espacio, Expo Holguín es un buen lugar para repensar las cuestiones culturales y para apreciar lo más arraigado a los pueblos, como intentan, al fin, las Romerías de Mayo, un posible Festival Mundial de Juventudes Artísticas . A fin de cuentas, el sitio se encuentra enclavado en la “modernidad” y de eso van las Romerías: de tradición a modernidad, de teoría a práctica, de lo simple a lo complejo.
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“Memoria Nuestra”:

Premios

- Hilda Nurys Quesada (Sancti Spíritus). “Tardes para la aguja y el ganchillo”.

- Yuset Sanchez Kindelán (Santiago de Cuba). “El castillo de San Francisco ente activo en la memoria de Santiago de Cuba”

Premios Colaterales

- Lizue Martínez Rodríguez (Holguín). “La digitalización del libro Breve historia de la ciudad de Holguín, de Juan Albanés. Rescate de nuestro patrimonio bibliográfico”.

- Ana Sarai Llanes (Ciudad de La Habana) “Dame una canción para jugar”.

- Miyairis Espinoza Tamayo (Báguano, Holguín). “Elaboración artística con enfoque participativo para favorecer la animación de la comunidad El Manguito”.

- Susana Carralero (Holguín). “Vigencia de los vevers de la pintura caribeña contemporánea”.

Menciones:

- Yoel Rodríguez Ochoa (Holguín)

- Milagros Yadira Coromina y Yamila Marrero (Granma)

martes, 21 de abril de 2009

Acta del Jurado del VII Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás

Foto 1. La actriz Annia Bu recibe de Sergio Benvenuto, director del Festival, el Premio del Público a la película cubana Los Dioses Rotos, de Ernesto Daranas.
Foto 2. Carlos Vázquez, representante de KCD, entrega uno de los Premios a Omer Oke, director de Querida Bamako.
Foto 3. Enrique Pineda Barnet, director de la Anunciación, gana Premio de Maqueta, que entrega Swiss Effects (valorado en 20000 usd).
Foto 4. Preparación del Desfile inaugural del evento, el 13 de abril.

Premios

VII FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CINE POBRE DE HUMBERTO SOLÁS

Mención Honorífica del Jurado de Maquetas y Guiones Inéditos para Largometrajes de Ficción al Guión, post-mortem, para el guión:

La prisión de Atahualpa, de Pancho Cajías, Bolivia

Mención Especial del Jurado de Maquetas y Guiones Inéditos para Largometrajes de Ficción al Guión:

Operación Cóndor. Código Atacama, de Tonchy Antezana, de Bolivia.

Mención especial del Jurado de ficción por la mejor visualización al cortometraje:

Marina, la esposa del pescador, de Carlos Hernández, Colombia.

Reconocimiento del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al documental

El desayuno del poeta. De Mario Iglesias. España.

Mención especial del Jurado de ficción a la mejor dirección de actores y al mejor guión para:

Eduardo del Llano Rodríguez. Por Brainstorm. Cuba

MENCIÓN especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte a los documentales:

Flores de Ruanda, de David Muñoz. España.

Fuera de Liga, de Ian Padrón. Cuba.

AJ en La Habana, de Ismael Perdomo Fonseca, Cuba-España-Dinamarca.

MENCIÓN especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al Videoarte:

Los Puros, de Eilyn Prieto Herrera. Cuba.

Mención especial del Jurado de la prensa extranjera a la mejor fotografía para:

Mauro Vidal por Marina, la esposa del pescador. Colombia.

Mención especial del Jurado de la prensa extranjera a los largometrajes:

Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, Cuba

y Querida Bamako de Omer Oke y Txari Llorente, España.

Premio de Cortometraje del Jurado de la Prensa Extranjera para:

Café com leite (Tú, él y yo), de Daniel Ribeiro. Brasil

Premio Especial del Jurado de la Prensa Extranjera a:

Brainstorm. De Eduardo del Llano Rodríguez. Cuba

Premio Especial del Jurado de Documentales, Obras Experimentales y Videoarte al documental:

Bilal. De Sourav Sarangi. India

Premio al documental latinoamericano que mejor refleja la diversidad cultural a:

La Chirola, de Diego Antonio Moncada Gutiérrez. Cuba.

El premio está dotado por 1000 USD otorgados por la UNESCO.

Premio Pobreza Zero a un documental, videoarte u obra experimental

Sicarios del capital, de Gregorio Subersiola, España

El premio está dotado por 1000 USD que otorga la ONG OIKOS.

Premio de Largometraje del Jurado de la Prensa Extranjera a:

EL camino, de Ishtar Yasin Gutiérrez. Costa Rica

Premio del Estudio Mariscal a la mejor obra experimental o videoarte a:

The Beauty or the Beast, de Yimit Ramírez González. Cuba

El Premio está dotado por 1000 CUC que otorga la AECID.

Premio a la mejor obra de ficción realizada por una mujer.

Nevando voy. Candela Figueira y Maitena Muruzabal.

El galardón está dotado por 1000 Euros que aporta la ONGD Mugarik Gabe.

Premio del Jurado al Mejor Documental, Obra Experimental o Videoarte realizado por una Mujer para:

Tacones cercanos, de Jessica Rodríguez Sánchez . Cuba.

El galardón está dotado por 1000 Euros que aporta la ONGD Mugarik Gabe.

Premio del Colegio de América al mejor documental hispanoamericano.

Humillados y Ofendidos, de Javier Horacio Álvarez, César Brie y Pablo Brie, Bolivia.

La Universidad Pablo de Olavide apoya el premio con una beca de dirección cinematográfica que está valorada en 3500 Euros.

Premio Especial Del Jurado Colegio de América al mejor cortometraje Iberoamericano de ficción.

Café Com Leite. De: Daniel Ribeiro. Brasil.

Apoyado igualmente por la Universidad Pablo de Olavide con una beca de dirección cinematográfica.

Premio Especial del Jurado al mejor cortometraje de Ficción concebido por AECID.

Viaje a Bangkok. De: Dionisio Pérez Galindo. España.

El Premio está dotado por 1000 CUC que otorga la AECID.

Premio Pobreza Zero de Ficción concedido por OIKOS.

Domingo, de Enrique Álvarez. Cuba.

El premio está dotado por 1000 USD que otorga la ONG OIKOS.

Premio Casa América a la Mejor obra de Ficción Iberoamericana.

El camino. Ishtar Yasin Gutiérrez. Costa Rica.

Casa América Cataluña apoya con un monto de 2000 euros al ganador.

Premio al Mejor Guión Inédito para:

2001: Mientras Kubrick estaba en el espacio.

El premio está dotado por 2500 CUC que aporta la ONG holandesa HIVOS.

Gran Premio Especial del Público al largometraje en competencia:

Los Dioses Rotos de Ernesto Daranas, Cuba.

Gran Premio al mejor largometraje de Ficción.

Querida Bamako. Omer Oke y Txari Llorente. España.

El galardón está dotado por 5000 CUC que aporta GBM Inc, empresa radicada en Cuba

Gran Premio del Jurado a la Mejor Maqueta para un Largometraje de Ficción, (ex—aequo) para:

La anunciación, de Enrique Pineda Barnet, Cuba

El Super de Fernanda Aljaro y Felipe del Rio, Chile.

La empresa suiza Swiss Effects apoya con servicios de postproducción digital valorados en 20000 USD.

Más del Cine Pobre:

Mirtha Ibarra habla de Titón

KCD apuesta por el Cine Invisible

Cine independiente, ¿será pobre siempre?

Oficios invisibles del audiovisual cubano

CINE POBRE: Los oficios invisibles del audiovisual cubano

Por primera vez en la mesa de discusión del VII Festival Internacional del Cine Pobre de Humberto Solás no se sentaron directores de cine, fotógrafos, productores o editores, sino que en su lugar aparecieron rostros más anónimos, pero igual de esenciales y determinantes en lo que ha sido la historia, en este caso, del cine cubano.

El trabajo de Magalis Pompa (maquillista), Violeta Cooper (vestuarista), Luis Lacosta (escenógrafo) y Lolo (tapicero) no es tan glamoroso como el de los actores o el director, es por ello que son olvidados a la hora del homenaje, aunque sus nombres aparezcan en casi todos los filmes del ICAIC. El Foro “Los oficios invisibles en la industria del cine: Una escuela pendiente” que sesionó en la Casa de la Cultura de Gibara, durante el evento, busca justamente hacerles justicia.

Enrique Pineda Barnet, que participa en el Festival con su último largometraje “La anunciación”, fue el encargado de rescatar de la desmemoria nombres como el de Julián Ruiz o Carmelina García. “Julián era el hombre que te preguntaba ¿cómo quieres las patas de las sillas que aparecerán en la película: estilo Luis XV o Luis XVI? Él sabía esas cosas. Carmelina, con un cepillo de alambre, envejecía las chaquetas en un momento.”

También recordó a aquel señor mayor que con una esponja, un poco de agua sucia y unos golpecitos en la pared, le daba un aspecto de envejecimiento instantáneo.

Para la mayoría de los asistentes al Foro, sobre todo para los realizadores que participan en el certamen gibareño es toda una novedad reconocer a un maquillista o escenógrafo como cineasta. Fue por ello que Pineda comenzó el debate justamente por definir el término “cineasta”, dentro del que, según apuntó el director, caben tanto utileros, choferes, como productores o fotógrafos: “es todo aquel que ha hecho cine”.

Por supuesto que los jóvenes realizadores o los que solo conocen el cine de bajo presupuesto o el digital, que vendría siendo lo mismo, no tienen la culpa de marginar a estos oficios invisibles. Seguramente la mayoría no ha tenido en su staff de producción a una persona encargada de la escenografía, o del maquillaje o del vestuario. Si en ocasiones no pueden pagar un actor, es lógico que mucho menos a un maquillista o vestuarista.

Magalis Pompa habló de su amor al cine y de que trabajaría incondicionalmente con Pineda, por ejemplo. También habría que preguntarse si haría lo mismo con los jóvenes realizadores que ahora pululan en este Festival.

El Foro no tocó ese apartado. Era el momento de recordar y así lo hicieron todos. Pineda definió el nombre de Magalis como un genérico en el maquillaje, así como en Cuba se le empezó a decir Frigidaire (como la marca) a cualquier refrigerador, o en el Oriente de esta misma Isla, aún se le dice Cubalse (nombre de una corporación) a cualquier jaba de nylon.

Lacosta contó que en sus numerosos trabajos con Manuel Octavio Gómez, realizador cubano de amplia filmografía, confeccionaba los diseños en grandes cartones, que le hacía firmar a su director, para constatar luego, que ya habían sido aprobados por él. Cuando Manuel Octavio le decía “no has hecho nada de lo que te dije”, Lacosta ostentaba la firma del propio Manuel que aseguraba lo contrario.

Violeta Cooper recordó que cuando Humberto Solás no daba su aprobación a un vestuario, no se lo podía poner ni a los extras: “yo transformaba ese que no le había gustado, le ponía dos o tres cosas, pero él lo reconocía donde quiera, así que opté por no ponerle a nadie lo que a él no aprobaba”.

Manuel Herrera, realizador y director de la Cinemateca de Cuba, contó cómo Violeta lo ayudó en un momento difícil para él, cuando dos de sus actores se quemaron durante una filmación, y ella le dijo: “levántate que el único que no puede caerse eres tú”.

Lolo comenzó a trabajar en el ICAIC en el `61, tapizando las 12 sillas, del antológico de igual nombre de Tomás Gutiérrez Alea. “Lolo es un monumento, pero activo, pensante y crítico”, dijo Pineda Barnet.

Se mencionó allí el sentimiento de “memoriarte”, definido así por Pineda. Ha llegado la hora de hablar de los invisibles, de los olvidados, de los que nunca se mencionan. Es este un propósito válido a 50 años del surgimiento del ICAIC en Cuba y en un momento en que ya el cine no se hace como medio siglo atrás.

CINE POBRE: Cine independiente, ¿será de pobre siempre?

¿De qué estamos hablando cuando mencionamos la distribución? ¿Qué es más importante para el realizador de cine independiente: que se vea su película u obtener una ganancia sustanciosa?

Estas fueron algunas de las interrogantes que surgieron y a la vez suscitaron otras inquietudes en el Foro “Por un cine Pobre menos pobre: hacia una realización y postproducción óptimas con mayores posibilidades de distribución”, uno de los espacios teóricos que ofreció el VII Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás, en la Casa de la Cultura gibareña.

En opinión de Thomas Krempke, representante de Swiss Effects, uno de los auspiciadores del certamen, siempre será un calvario insertarse en los grandes circuitos de distribución, no importa el soporte que sea, 35 mm o digital.

“Con la tecnología digital se ha democratizado el acceso a la realización de cine, pero ha aumentado la competencia. Hay demasiados filmes en el mundo. Con la producción de cine en digital sucedió lo mismo que con la escritura. Un papel y un lápiz, y cualquiera puede escribir una novela, pero eso no hace más fácil el acceso a las editoriales y a que tus historias se lean”, comentó Krempke.

“Serán 30 mil salas en digital en el mundo y seguirán las dificultades para la distribución”, repitió el representante de Swiss Effects, con lo cual contradice los planteamientos del franco-canadiense Hervé Fischer, que en la VI edición de este evento exponía sus teorías en el mismo escenario.

En el libro “La decadencia del imperio Hollywoodense”, Fischer pone todas sus esperanzas en que la fácil distribución del digital va a terminar con la hegemonía del imperio del cine norteamericano en 10 años. Siempre será más fácil y económico, hacer copias de un largometraje en digital que hacer 10 copias de un máster de bobina de
35 mm. Pero justo ahí está la trampa, porque esa facilidad también favorece la piratería, con lo cual el filme no genera ganancias.

Es curioso cómo algunos realizadores no ven en la piratería una amenaza, sino una red favorable para que se conozca lo que han hecho.

Tiene que ver con lo que esperas de tu obra. Hollywood vive el cine como una industria, y tiene mecanismos no solo de distribución, sino también de lenguaje cinematográfico para acaparar la mayor cantidad de públicos. El cine de autor, independiente y comprometido se aleja de eso. El Cine Pobre puede llegar a ser un cine de masas, pero no es lo usual, por recurrir a lenguajes alternativos. Entonces, ¿esta condenado el cine independiente a ser pobre siempre?

Hasta hoy es lo que sucede en casi todo el mundo. Pero he ahí otra disyuntiva: el realizador independiente hace su primera película con el entusiasmo de muchos amigos, pero, ¿tendrá que recurrir a esos mismos mecanismos en su segunda producción?

Aún quedan muchas preguntas sin responder. Quizás la solución está en la implementación de políticas estatales que apoyen con fondos, o que se abran más concursos y Festivales, o que los productores sean más sagaces en las estrategias que diseñan con fines de exhibición, o hacerse de muy, pero muy buenos amigos.

A veces no se espera mucho porque no se ha invertido tanto, pero el cine que ha recurrido al digital, deja de ser pobre en el mismo momento en que debe comenzar las gestiones para un hinchado a 35 mm.

Entonces sí se esperan ganancias. Parece un laberinto con muy pocas, estrechas y escurridizas salidas.

¿Cómo hacer un cine comprometido, de bajo presupuesto y que a la vez genere ganancias? He ahí la cuestión.